Magazine

Niños gordos

Publicado el 25 octubre 2013 por Lamamadeunabruja @mamadeunabruja
Hace ya un tiempo que oímos constantemente en los medios de comunicación alertas sobre los índices de obesidad infantil, por si alguien no lo sabe estamos en cabeza creo que sólo superados por EEUU, ya no sólo es que cada vez haya más niños con sobrepeso sino que enfermedades que eran típicamente de adultos como la diabetes, la hipercolesterolemia o la hipertensión cada vez son más habituales en niños. 
Sin embargo en este tema como en tantos otros vivimos en una continua contradicción... Mientras por un lado nos alertan de la importancia del ejercicio físico y de una alimentación saludable y variada por otro lado muchas madres nos vemos sometidas a una continua insistencia de que nuestros hijos no comen lo suficiente, que están muy delgados o que han cogido poco peso. Y si esto fuera sólo por parte de las abuelas, suegras o vecinas metetes (como veis no meto a ningún ser masculino porque suele traerles al pairo este tema) tendría su pase pero... cuando son las enfermeras de Pediatría las que revisión tras revisión te vienen con la misma cantinela lo llegas a pasar mal. 
Como he dicho en más de una ocasión la bruja mayor siempre ha sido una niña delgada, nació en un percentil 50 de peso para ir bajándolo hasta el 3-10 y subirlo otra vez al 50 en la revisión de los tres años, sin que nada en su alimentación hubiera cambiado pasamos de "esta niña tiene que comer más porque está muy delgada" a "se nota que ya come mejor porque está perfecta", como se puede ver que comiera poco o mucho, equilibrado o no, no tenía importancia, ella había llegado a un percentil 50 y eso es lo que importaba.
Con la pequeña pensé que todo esto no me pasaría, una niña que nació con 3,900 kg era el sueño de estas enfermeras, los primeros meses era todo estupendo, mi leche era maravillosa y yo era una madre genial... en cuanto cumplió los seis meses y la niña empezó a moverse mucho más, es decir a desgastar gran parte de lo que ingería y a mostrar interés por los alimentos que comíamos nosotros empezó a bajar de percentil y volvieron otra vez los problemas, que si esta niña está viviendo de las rentas, que le tienes que dar la papilla más concentrada, que el puré tiene que comerlo sí o sí,...
Hasta que hace unas semanas en la revisión de los 15 meses tuvimos una discusión con este tema y decidí que no volvía a mentirles más para que me dejaran tranquila y no les iba a dar la razón si creía que no la tenían. Pesaron  y medieron a la bruja pequeña, 9,800 kg y 82 cm (percentil 25 y 97 respectivamente) y volvemos como siempre a interrogarme sobre lo que come... La cara que me pusieron porque no le doy leche de continuación (o como se llame) y sólo toma papillas de cereales 1 ó 2 veces por semana además hecha con actimel de naranja que es como le gusta, no sabría como describirla. La niña está mal alimentada y punto.
La niña está mal alimentada y da exactamente igual que en quince meses de vida tan sólo haya tenido que ir dos veces al pediatra (por una conjuntivitis pegada por su hermana cuando tenía 3 meses y por una otitis la pasada primavera), da igual que crezca sin ningún problema, que sea un culo inquieto que no pare ni estando dormida, da igual que sea una niña despierta que intente imitar constatemente a las mayores y que haga cosas que físicamente otras niñas hagan más mayores,... todo eso da igual, ella ya no tiene las lorzas con las que nació y eso es lo que importa.
Y es que como suelo decir en este país todavía no hemos superado la postguerra y para que un bebé esté sano tiene que estar gordo, hay que embotijarle a biberones y papillas para que se críe rollizo y en cuanto un niño es delgado ya se le crean etiquetas de mal comedor o se le empieza a decir que seguro que tiene las defensas bajas, y empezamos a anunciar productos para meterles más calorías en el cuerpo, para estimularles el apetito y para hacer creer a las madres que hay un problema donde no lo hay.
Y yo ya estoy harta, bastante tengo que luchar yo con la báscula día a día como para tener que preocuparme de que mis hijas lleguen al peso que unos estándares que no sé de donde han salido dicen, ellas comen acorde a su tamaño, ellas crecen felices (y crecen bien porque las dos son altas) y crecen sanas. Así que basta ya de esta obsesión, por favor.

También podría interesarte :

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Quizás te interesen los siguientes artículos :