Revista Infancia
La "inapetencia" es un problema de equilibrio entre lo que un niño come y lo que su familia espera que coma; el problema desaparece cuando el apetito del niño aumenta o cuando las espectativas de quienes le rodean disminuyen.Tras explicar que su hijo no les come muchas madres añaden algo asì como: "Ya sè que hay muchas madres pesadas que dicen que su hijo no come, pero es que el mìo doctor, de verdad no come nada, tendrìa usted que verlo"Se equivocan doblemente, en primer lugar al pensar que su hijo es el ùnico que no come. Su hijo ni siquiera es el que menos come. Seguro amable lectora que hay otro niño en el mundo que come menos que el suyo. ¿Què como estoy tan seguro? Es una simple cuestiòn de probabilidades. Y se equivocan sobre todo al pensar que otras madres son "pesadas". Ninguna lo es, realmente esos niños comen poco porque necesitan poco y realmente esas madres estàn profunda y legìtimamente preocupadas.Por què nos duele tanto.Las madres se preocupan lògicamente por la salud de su hijo, pero hay algo màs que convierte la inapetencia en un problema mucho màs angustioso que la tos o los mocos. Por una parte la madre tiende a creer (o le hacen creer) que ella tiene la culpa, que no ha preparado adecuadamente la comida, que no ha sabido dàrsela, que no ha educado bien a su hijo.......Pero a ellos les duele aùn màs.Las familias, especialmente las madres sufren con los conflictos en torno a la comida, sufren mucho. Como escribiò una de ellas: "Es horroroso tener miedo a que llegue la hora de comer".Si la madre tiene miedo, ¿que tendrà su hijo? Por grande que sea su angustia, recuerde siempre que su hijo està sufriendo màs. No le està tomando el pelo, no la està manipulando, no sabe "latìn" no està mostrando espìritu de oposiciòn, està simplemente ATERRORIZADO.Porque para la madre siempre hay una puerta, un consuelo, una esperanza. Uste està preocupada porque su hijo no come, angustiada porque teme que enferme, abrumada por familiares y amigos que le miran y afirman "este niño tendrìa que comer màs" como acusandola de ser una dejada. Se siente rechazada cuando su hijo no acepta lo que usted le ofrece con tanto cariño y se siente culpable cuando ve a su hijo llorar y piensa que le està haciendo daño. Pero tambièn es cierto que usted es una persona adulta con todos los recursos de la inteligencia, la educaciòn y la experiencia. Tiene cierta o no, una idea que explica lo que està pasando, tiene ademàs una esperanza, pues sabe que los niños mayores comen solos y que esta etapa durarà sòlo unos años.¿Y su hijo? ¿Què pasado, futuro, educaciòn, amistades, explicaciones racionales, què esperanzas tiene? Su hijo sòlo la tiene a usted.Para un bebè la madre lo es todo, es la seguridad, el cariño, el calor, el alimento. En sus brazos es feliz, cuando usted se aleja llora desesperado. Ante cualquier necesidad, ante cualquier dificultad sòlo tiene que llorar, su madre acude al instante y lo arregla todo.Desde hace tiempo sin embargo, algo val mal. Llora porque ha comido demasiado, pero su madre en vez de hacerle caso somo siempre, intenta obligarle a comer todavìa màs. Y cada vez es peor: la suave insistencia del principio pronto deja pasos a gritos, llantos y amenazas. Su hijo no puede entender porquè. èl no ha oìdo hablar del calcio, ni del hierro, ni de la vitaminas, no puede entender que cree usted hacerlo todo por su bien. Para èl esta conducta de su madre es tan absolutamente incomprensible como si le pegase o le dejase pasa la noche desnudo en el balcòn.La idea de no obligar al niño a comer no ha de considerarse un mètodo "para abrir el apetito", sino como manifestaciòn de nuestro amor y respeto por nuestro hijo. Al dejar de obligarle va a seguir comiendo lo mismo pero sin los sufrimientos y peleas que hasta entonces acompañaban a la comida.Dr. Carlos Gonzàlez, Libro Comer, Amar, Mamar.