- Evitar los medicamentos cuando no están justificados. Por ejemplo, en los catarros de vías altas se tiende a la combinar medicamentos y administrar algunos no prescritos. Incluso en casos de antibióticos recetados por el médico, es frecuente incumplir las dosis o no seguir al pie de la letra las indicaciones de tratamiento.
- Al dar un medicamento a un niño, no le ha de decir lo bueno que está. Se corre el riesgo de que se lo tome por su cuenta.
- Hay que conocer el medicamento que se administra.
- Lea el prospecto que lo acompaña y compruebe las contraindicaciones e interacciones. Si se administra por primera vez, vigile la aparición de efectos adversos como erupciones cutáneas, urticaria, vómitos o diarrea.
- Revise la dosis, la frecuencia, la vía de administración y la duración del tratamiento, comprobando que sean las correctas para la edad y el peso del niño (la dosis de un mismo medicamento suele ser distinta para cada vía de administración).
- Siga las precauciones especiales de administración, por ejemplo, si hay tomar el fármaco con las comidas o con el estómago vacío.
- Conserve los medicamentos en un lugar fresco y seco fuera del alcance de los niños. Evite la exposición directa a la luz solar y comprueba la fecha de caducidad.
- Una vez abierto el medicamento, la fecha de caducidad deja de ser la indicada en el envase. Puede estropearse antes de la fecha señalada.
Revista Infancia
Repito: más de la mitad de fármacos que se administran a menores en la UE no han sido pensados para ellos. Les recomiendo esta breve guía de uso de medicamentos en niños. Las autoridades sanitarias dan una serie de pautas para administrar fármacos a los niños de forma segura, eficaz y lo más sencilla posible. Ante la duda, consulte con su médico o farmacéutico antes de administrarlo.