Nintendo se pone dura

Demostrando una vez más que la potencia por sí sola vale para poco, Nintendo pone en valor la máxima de que lo importante en esto de los videojuegos son los videojuegos

 

Nunca he sido muy fan de la gran N; quiero decir de sus sagas madre. Me revienta bastante su santa manía de sacar todo el tiempo lo mismo, una y otra vez. Con la mano en el corazón y aún a riesgo de que se me lapide por “no ver más allá”, después de Super Mario Kart 64 todos los SMK me parecen iguales, tras Mario 64, no he visto un Mario más sorprendente y no entremos con Zelda. Vamos, que la Nintendo 64 fue la última consola de Nintendo en hacerme abrir (mucho y muy fuerte la boca). Tras ello, a la Cube apenas le hice caso y de la Wii me reí aún más que del Final Fantasy XIII; de hecho, tuve una etapa en la que me enfadé bastante con ella. Cualquier juego que disfrutaba en el sistema tenía al propio sistema como su mayor defecto. Llamadme pijo de lo visual, pero la Wii mató a Xenoblade Chronicles, tras unas horas de juego (20 en mi caso) tuve que dejar de jugar porque me sangraban los ojos.

En las portátiles, sin embargo, nunca ninguna queja. Desde la Game Boy todos sus sistemas fueron absolutamente disfrutables, con grandes títulos que nos dejaron recuerdos francamente buenos. Desde la advance, hasta la DS todo fue grato. La 3DS también fue una grata incorporación a mi vida, contando con un Resident Evil y un Snake en 3d totalmente recomendables.

Sin embargo, nunca han apostado por la tecnología puntera. Lo de la 3DS es un apaño raro para mostrar 3D, una tontería que acabas quitando tras un par de horas de juego. La Wii y sus movimientos 1:1 son la mayor chorrada que he visto en mi vida de jugón, y sólo funcionan cuando diseñas un juego a la medida de unos pocos movimientos predeterminados. Zelda Skyward Sword funciona por eso, no porque la detección sea perfecta, sino porque te deja hacer cuatro cosas muy contadas, sin permitirte salirte del dictado.

Pero ¿por qué jugamos a Skyward Sword pese a que agitar el mando nos da igual, por qué nos mola Snake Eater 3D si ese 3D acaba molestando? Pues porque la tecnología da igual, lo que importan son los juegos. Siendo sinceros, poco me importa desde que el mando de la Wii U tenga un visor como las capacidades de la nueva Xbox 720, Xbox mocos o Xbox cómo se llame. PS Vita es un ejemplo claro de esto. Es un maquinón ¿y qué? Sólo hay una cosa que la verdad que reconozco es fundamental: el HD.

Ahora que Nintendo (por fin, joder) se ha apuntado a la alta definición en sobremesas y en portátiles le ha dado un puntito a los visuales, digamos que tiene, por ambas partes, una buena herramienta para atraer a los jugones de toda la vida y, de paso, aprovechar que son sistemas muy similares a aquellos con los que machacó a los que nunca habían tocado una consola. Con ello, llega el turno de la verdad.

Es como si fuera parte de un plan maestro: atraer a todo el mundo a sus sistemas en la generación anterior para ahora dar el do de pecho para, ahora sí, dejarnos con el culo roto a base de lanzamientos. Lo han hecho bien, aprovechando el desencanto que hay actualmente con la Vita, con la falta de lanzamientos exclusivos de Microsoft y con esta guerra tonta de rumores de los nuevos sistemas, estos van a lo suyo. Así, no sólo se quedan con los Monster Hunter, sino que también han hecho suyo Bayonetta, tendrán Shin Megami Tensei y hasta han creado un sistema donde podremos jugar a un Xenoblade en condiciones. Wind Waker llega en HD, etc, etc.

Lo bonito es que uno se alegra porque de repente se desprende un halo de ilusión de estos anuncios, de esta filosofía, de este interés por reunir en un mismo sistema títulos tan interesantes. y hasta de que se deje de hablar de cifras que cuantifiquen la potencia de un sistema. Es cierto que todavía queda mucho por solucionar: cosas en el online, en el propio funcionamiento de la máquina, etc, etc pero un interesante punto de partida hacia cosas nuevas, tanto es así que hasta los tan comunes Nintendo Direct se están haciendo realmente populares y seguidos por todos. Nintendo se está poniendo dura, luchando fuertemente por captar nuestra atención, quitándole armas al resto de compañías pero, sobre todo, lo más importante, recuperando nuestra ilusión.