"Niork" ("Niourk" en el original) se publicó en 1957 en Francia, y en 1981 en España, editado por Altea Junior en un volumen con ilustraciones de Víctor de la Fuente y portada de Enki Bilal. No ha sido reeditado desde entonces.
Stefan Wul era el seudónimo literario del francés Pierre Pairault, dentista de profesión y escritor de vocación. "Niork" pertenece a una serie de once novelas escritas entre 1956 y 1959, publicadas en la colección Anticipation de la editorial Fleuve Noir.
Wul/Pairault fue popular en Francia, pero es un desconocido para el gran público español, y apenas existe obra suya traducida al castellano. Apasionado de la Ciencia-Ficción, que descubrió casi por accidente, le tocó vivir una época en la que el género era considerado en su país un subproducto sin calidad literaria, un entretenimiento intrascendente destinado para consumo juvenil. Pero, como vamos a ver, esto no le impidió escribir tanto Space Opera como Ciencia-Ficción dura, o el bildungsroman postapocalíptico como el que vamos a ver aquí.
Porque "Niork" es el bildungsroman tan propio de la literatura juvenil como de la Fantasía, el viaje iniciático de su protagonista, el niño negro, pero la transformación vital, el crecimiento personal del héroe es formidable y a medida que se desarrolla la historia alcanza una cota impensable al comienzo de la novela, resultando sorprendente la riqueza del mundo que el autor plantea en un texto tan breve.
El escenario de "Niork" es un mundo postapocalíptico, situado 500 años en el futuro, un planeta Tierra devastado por una antigua guerra nuclear (tema recurrente en la Ciencia-Ficción de la época), en el que los océanos se han evaporado y los humanos supervivientes han vuelto a un modo de vida primitivo, agrupados en pequeñas tribus de cazadores. La narración se fija en una tribu que habita el valle limitado por las cordilleras de Cuba, Hait y Jamaic. Es decir, lo que hoy día es el mar Caribe. En dicha tribu, un patriarcado regido por El viejo, ha nacido un niño negro (l'enfant noir en el original), un paria al que El Viejo ha decidido matar por considerarlo un estorbo inútil y un mal augurio (el resto de humanos son de raza blanca).
Pero el niño negro sigue al Viejo a las ruinas de Santiag, donde encuentra un antiguo arma, una pistola de energía, que le hace sentir poderoso, tras lo cual domestica a un enorme oso que le servirá de compañero, montura y escolta.
Un encuentro con un extraño al que toma por un dios (la religión es animista, y se atribuye la divinidad a todo lo que no se comprende, como antiguos anuncios publicitarios) le pone en ruta hacia Niork (deformación de New York), trayecto de muchas lunas de duración en el que se enfrentará a enormes pulpos mutantes, algo que le expondrá a altas dosis de radioactividad, al igual que al resto de su tribu.
Niork resulta un escenario fascinante, y en ella el niño negro sufrirá una transformación integral, un proceso de sublimación mental de tal envergadura que se convertirá en un nuevo ser, algo que no se puede describir sin desvelar detalles fundamentales de la trama, pero que lleva la novela al terreno de la Space Opera aderezada por detalles de Ciencia-Ficción dura que sorprenden en una obra juvenil. Digamos que la radioactividad tiene un papel crucial en el proceso, y que Stefan Wul va revelando también el verdadero destino que corrió la Humanidad, transformada en una nueva especie.
Ilustración de Víctor de la Fuente para
la edición española de Altea Junior
"Niork" es una lectura amena, que captura rápidamente la atención, y que se disfruta tanto por el escenario y la historia como por el estilo narrativo del autor: sencillo, claro, sin exceso de descripciones ni adjetivaciones, el propio de un producto juvenil en el que hay que ceñirse a la brevedad. El mundo postapocalíptico es muy sugerente, y la descripción de los páramos que antaño fueron el Caribe y de la ciudad de Niork son muy visuales, al igual que escenas como la llegada del niño negro a la ciudad, momento en el que vislumbra la Estatua de la Libertad.
Decir que el desarrollo de la novela es impredecible, y el final resulta totalmente inesperado. Una historia con suficientes elementos atractivos y con mucho más contenido del que podría esperarse de una obra catalogada como Juvenil, pero que satisfará a amantes de la Ciencia-Ficción de cualquier edad. El autor consigue que el viaje de crecimiento personal del niño negro (en el cual obtendrá, entre otras cosas, un nombre) resuma tanto el desarrollo filogenético de la Humanidad como las transformaciones morales del hombre que postuló Nietzsche: camello, león y niño, para finalmente ser el superhombre.
Una vez leída "Niork" queda, eso sí, la espinita de que haya tan poca obra de Stefan Wul en castellano.
El volumen tiene el valor añadido de la portada de Enki Bilal y de las 19 ilustraciones de Víctor de la Fuente, que pueden disfrutarse aquí. Es una lástima que se haya perdido la costumbre de ilustrar profusamente los libros, y más si el trabajo corría a cargo de uno de los mejores historietistas que han existido.
El cómic: En 2012, la francesa Ankama Éditions publicó una adaptación a la bande dessinée, con guión y dibujo de Olivier Vatine. Se editó originalmente en tres volúmenes de 48 páginas (titulados "L'enfant noir", "Le Ville" y "Alpha") y más tarde en un volumen integral. En el momento de escribir esta reseña, está previsto que llegue a España este diciembre de 2015 de mano de Yermo ediciones.