Existe evidencia de que la salud física y emocional de una mujer embarazada puede afectar tanto la formación prenatal como el temperamento de un niño, y por ello siempre se habla de un embarazo saludable y de evitar conductas disfuncionales como el consumo de drogas o alcohol y el exponerse a situaciones de riesgo.
Sponsor exclusivoNo obstante, existen otros factores vinculados con la salud mental y física de una mujer en embarazo que pocos estudios han atendido con la misma dedicación que los efectos del abuso de sustancias, entre ellos: las posibles implicaciones de los estresores pasados y el TEPT (Trastorno de Estrés Post-traumático).
Con el fin de profundizar en cómo influye el TEPT en la salud de una mujer embarazada, un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan realizó un estudio para medir la hormona del estrés cortisol presente en una muestra de mujeres desde las primeras etapas de embarazo hasta las 6 semanas de edad de los bebés. Lo que los científicos encontraron es que las mujeres embarazadas cuyo TEPT es disociativo y se relaciona con abuso o trauma durante la infancia presentan niveles de estrés hasta 10 veces más altos que sus pares, lo cual nos habla de niveles tóxicos muy altos que pueden contribuir a problemas de salud en la generación siguiente, por ejemplo:
- Nacimiento prematuro
- Enfermedades cardíacas
- Presión arterial alta
- Sobrepeso
- Depresión
- Ansiedad
Embarazo y TEPT: descifrando el vínculo
De acuerdo con Julia Seng, autora principal del estudio, la investigación sobre los orígenes del desarrollo nos ha corroborado que el primer entorno del bebé en el cuerpo de su madre tiene implicaciones para la salud a lo largo de toda la vida. Esto significa que una mayor exposición al cortisol puede indicar al feto que debe adaptarse para sobrevivir, aunque esto no contribuya ni a su estado de salud ni a su longevidad.
En este caso, se contó con la participación de 395 mujeres que esperaban a su primer hijo, las cuales se dividieron en cuatro grupos:
- Mujeres sin trauma
- Mujeres con trauma pero sin TEPT
- Mujeres con TEPT clásico
- Mujeres con TEPT disociativo
Los investigadores midieron el cortisol salival en diferentes momentos durante el día. Luego, 111 de estas mujeres dieron muestras de saliva hasta el postparto. La diferencia en los niveles de cortisol fue mayor en los primeros meses del embarazo, cuando los índices fueron ocho veces más altos por la tarde y 10 veces más altos a la hora de acostarse para el grupo de mujeres con TEPT disociativo.
El subtipo disociativo incluye individuos que cumplen con los criterios de TEPT tradicionales pero que también exhiben despersonalización o desrealización (por ejemplo, alteraciones en la experiencia subjetiva y del mundo).
Para Seng, los resultados de este estudio son útiles porque nos permiten descifrar el vínculo entre el TEPT y el embarazo, así como desentrañar el misterio detrás de las variaciones en los índices de cortisol entre mujeres con TEPT disociativo y TEPT clásico.
Ahora sabemos que distintos tipos de trastorno de estrés pos-traumático actúan de forma diferente en el organismo, produciendo niveles de estrés distintos. Gracias a esto, señala Seng, es posible desarrollar programas de educación específicos para mujeres embarazas con TEPT que les enseñen a trabajar para evitar que el embarazo, la maternidad, el parto, la lactancia y la paternidad temprana desencadenen reacciones de estrés perjudiciales para la salud de su descendencia.
Fuente: Science Daily; Journal of Obstetric, Gynecologic & Neonatal Nursing