Revista Talentos

No buscar trabajo cuesta trabajo

Por Tupenda

1. Autoemplearse

Autoemplearse no significa abrir un negocio, sino generarte tu propio empleo. Ser un autónomo que vende una habilidad que le hace especial. Contraindicaciones: No es la panacea. Te llevas mucho trabajo a casa y hay jornadas de 16 horas.

Pero puedes elegir dónde trabajas, puedes elegir con quién trabajas.
Es la única empresa de la que jamás te podrán despedir.
No se requiere experiencia.
Tampoco se necesita inversión mínima.

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2. Descubre tus rarezas

Busca en que eres raro, que no especial (especial conlleva un matiz positivo y no necesariamente lo que nos diferencie será algo de lo que podremos estar orgullosos), y allí existirá oportunidad de negocio.

¿Y cómo se descubren las rarezas? Toca hacerse autoanálisis. Siéntate con alguien que te conozca bien. Y escribe en un papel: “Yo soy el único que, dos puntos”..

¿Quieres ser pizzero? Sé pizzero, pero sé el único que: reparte en pelotas.

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3. Miedo

“El mayor enemigo lo tenemos dentro”. El miedo. Miedo al fracaso, al qué dirán, a tener razón. A conseguirlo. Y a perder conseguido.

El miedo te va a estar acompañando toda la vida. Te vaya como te vaya. El tema es qué relación estableces con tu miedo. El que no tiene miedo es temerario. El valiente es el que lo tiene y aun así actúa.

Yo intento convertirlo en ruido cuando aparece. Ruido ambiental. Está ahí. Pero no dejo que dirija mi vida.

¿La fórmula mágica? Distinguir “riesgo” de “incertidumbre”. Tener un optimismo moderado. Y seguir el consejo del espía peliculero Jason Bourne: “Espera lo mejor, pero prepárate para lo peor”. La mala suerte es la excusa de los fracasados.

4. Fracasa rápido y barato

Que no te vaya la vida en ello. Si tienes 100.000 euros, no los pongas todos en la misma cesta. Haz 10 proyectos de 10.000. Y el que te salga mal que no te cueste la vida.

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Frase para recitar de carrerilla ante potenciales inversores: “El fracaso es la única forma que tiene la vida de comprobar que realmente deseas conseguirlo”. De hecho, según recoge el publicista, en EEUU hay bancos que solo conceden créditos para proyectos de emprendedores que ya han fracasado antes.

“Espabilamos gracias a morder el polvo”. Es uno de los mantras de los gurús: conviene equivocarse antes de acertar. Los mejores profesionales que me he encontrado en mi vida eran auténticas plantas de reciclaje de fracasos. Cogían su fracaso y lo convertían en botella de plástico.

5. Ten fe en ti mismo

La confianza se transmite. Si no crees tú en ti mismo, el que está al otro lado de la mesa tampoco lo va a hacer. Eso se comunica de manera no verbal.

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6. Sé un oportunista

El mundo está lleno de carteras dispuestas a dejarse seducir por cualquier cosa que sea novedosa o sugestiva. Es decir: que ahí fuera hay mercado para los productos más extraños. Nadie es imprescindible, ya lo sabemos, pero todos los días pagamos productos y servicios que nos han convencido de lo contrario.

Un buen autoempleado no se distingue tanto por sus ideas geniales como por su capacidad para encontrar oportunidades. Hay muchas ideas que pululan por el mundo a la espera de que alguien saque su red y las cace. Por ejemplo: la del yogur helado. Ya existía fuera de España. Sacó la red Pedro Espinosa y hoy tiene 122 establecimientos y factura 26 millones de euros.

Las oportunidades se generan, no tienes que esperar en tu casa a que te venga la oportunidad. Puedes forzar a que ocurra. La clave: Que la persona acosada no tenga otro remedio que sonreír. Igual en la venta. Esa es la manera: buscar siempre la sonrisa del otro en cada paso. El acoso con sonrisa es lo que funciona.

7. Estate dispuesto a cambiar

Hubo un tiempo en el que los empresarios decían sin reír “contrato indefinido”. Hace años de eso. Pero la estabilidad en el trabajo, ese concepto tan ‘vintage’, sigue siendo la prioridad del 74% de españoles, según algunas encuestas.

Así que se impone cambio de chip: El mundo de hoy nos empuja a ser flexibles y polivalentes.

Eso también incluye abandonar las ideas cuando no funcionan, ser capaz de despegarte de una idea que te está hundiendo en la miseria. Vuelta al análisis autocrítico. O lo haces tú o lo haces con el entorno, pero en algún momento tienes que hacerlo.

8. Deja de enviar currículos y empieza a conocer gente

Conectarte con gente te va a suponer muchos más beneficios que hacer 10.000 posgrados y doctorados.

Busca a gente que esté haciendo lo que tú quieres hacer. Fíjate a quién siguen. Sobre qué escriben. Copia a quien quieras parecerte y pronto empezarás a tener tu propia marca.

9. Busca problemas

Lo repite el profesor Xavier Sala i Martín de conferencia en conferencia: habría que educar a los niños a buscar problemas donde no los hay. “La búsqueda de problemas es una búsqueda de oportunidades”, le justifica Risto. “No nos han educado para buscar los problemas. Y la vida, y sobre todo el sector servicios, consiste en solucionar problemas a tus clientes”.

Es la fase clave para hacerse imprescindible. “Mirar donde todo el mundo mira y ver lo que nadie más ve”. Es decir: estudiar al potencial comprador e identificar qué problemas tiene. “Incluso descubrirle aquellos que no sabía que tenía. Un gran ‘marketiniano’ es alguien que te dice: ‘Tú no lo sabes, pero tú me necesitas’.

A estas alturas, hay que saber conjugar bien el verbo más importante del márketing: escuchar. “Escuchar a tu entorno. Escuchar al consumidor. Escuchar las sugerencias que te llegan. Ser capaz de integrarlas, valorarlas.

Así que “NO” en el vocabulario de Risto Mejide significa “Necesidad Oculta”. Quiere decir “que no has dado con la necesidad latente del que te está escuchando”.

Leído en Los 10 mandamientos de Risto Mejide


Archivado en: humanoides Tagged: Mejide, trabajo
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