Revista Talentos

no como carne

Por Tupenda

cerdos vegetariano

Normalmente se plantean tres argumentos en defensa del vegetarianismo.

El más débil, aunque convincente, es un argumento económico. Se basa en la consideración de que media hectárea de tierra puede alimentar a dos personas si se la utiliza como pasto para ganado, pero puede alimentar a veinte si se utiliza para cultivar cereal. Este es el argumento más débil del vegetarianismo porque el problema del alimento en el mundo no es un problema de escasez, sino de distribución desigual: algunos tienen demasiado, y muchos demasiado poco, de una cantidad global que por sí misma resulta suficiente.

Algo menos débil, y, en consecuencia, más convincente, es el argumento de la salud, que se basa en la consideración de que la carne contiene grasas saturadas y montones de bacterias; y, si no es el resultado de una cría ecológica, contiene asimismo antibióticos, vacunas y hormonas de crecimiento, que, junto a las grasas y (a pesar de los antibióticos) las bacterias, acaban en la boca del hombre.

El más fuerte de todos es el argumento moral en contra de la práctica de criar y luego matar a seres sensibles para comérselos, cuando eso es algo que no necesitamos para vivir bien.

¡Qué extraño resulta que procesemos a alguien por ser cruel con un animal, incluso con un cerdo o una vaca, pero que luego no establezcamos conexión alguna entre este hecho y eso que nos sirven caliente en la mesa, con toda su sangre, tripas, crueldad, injusticia y riesgo para la salud ocultos bajo la apariencia de un poco de suculento jugo de carne!

Escrito por Anthony C. Grayling

Leído en panfletus


Archivado en: humanoides, somos parte de un todo Tagged: animales, carne, Grayling, vegetariano
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