No es una frase mía. Es la segunda regla de Bertrand Rusell del artículo titulado “The best answer to fanaticism: Liberalism.” publicado en The New York Times Magazine (16-12-1951). Ello junto a unos conocidos mandamientos sobre la lógica:
- No atacarás a la persona, sino al argumento (Ad hominem)
- No malinterpretarás o exagerarás el argumento de una persona para debilitar su postura (Hombre de paja)
- No tomarás una pequeña parte para representar el todo (Generalización apresurada o Secundum quid)
- No intentarás demostrar una proposición suponiendo que una de sus premisas es cierta (Petición de Principio o Petitio principii)
- No asegurarás que algo es la causa simplemente porque ocurrió antes (Causalidad falsa o Post hoc ergo propter hoc)
- No reducirás discusión solo a dos posibilidades (Falso dilema)
- No afirmarás que por la ignorancia de una persona, una afirmación ha de ser verdadera o falsa (Llamada de ignorancia o Ad ignorantiam)
- No dejarás caer la carga de la prueba sobre aquel que está cuestionando una afirmación (Carga de la prueba o Onus probandi)
- No asumirás que “esto” sigue “aquello” cuando no existe conexión lógica alguna (Non sequitur)
- No asumirás que una afirmación por ser popular debe ser cierta (Sofisma popular o Argumento ad populum)
Fuente: Recuerdos de Pandora