Revista Infancia

No diga engordado o adelgazado. Tenga cuidado sobre los comentarios jocosos sobre la gordura

Por Stornel
No diga engordado o adelgazado. Tenga cuidado sobre los comentarios jocosos sobre la gorduraA pesar de las buenas intenciones, los padres y los adultos hacen comentarios "inocentes" o "despectivos" que pueden promover o agravar los problemas sobre la imagen corporal de los niños y jóvenes (de sus hijos) sobre la imagen corporal. estos mensajes pueden llegar a ser nocivos o demoledores dependiendo de la edad de un joven y,  muy especialmente, de las chicas:  "¡qué gorda se ha puesto!, ésa chica tiene un culo enorme, te vas a poner como un Buda o un tocino, estás gordo/o, come más que eres un palillo, comes tan poco que pareces anoréxica". Algún comentario puede reforzar el inicio de una anorexia nerviosa incipiente: "¡qué bien! por fin te estás adelgazando..."
El niño va internalizando estos comentarios. Los niños que carecen de autoestima, que están especialmente necesitadas de aceptación y aprobación de los demás, son particularmente sensibles a las percepciones de los padres, familia, compañeros y medios de comunicación. Un niño/a que va "tragando" esas críticas o comentarios denigrantes de los padres sobre la importancia de la apariencia física será  propenso/a  a desarrollar trastornos de su propia imagen corporal propia, así como una falta de auto-aceptación, miedos y obsesiones frente a los alimentos. El 80% de las niñas de 8-9 años de edad ya tienen sentimientos negativos acerca de sus cuerpos. Además, los comparan con los que aparecen en el mundo del deporte y los medios de comunicación y se sienten inferiores.
Estas preocupaciones, en ocasiones, se transmiten de generación en generación. Algunos padres valoran demasiado su figura quejándose constantemente de su propio peso y expresan la necesidad de hacer dieta, restringir los alimentos o hacer ejercicio excesivo. Los niños aprenden eso y creen que debe ser así y se sienten culpables cuando han de comer alimentos que sus padres detestan.
Por lo tanto, eviten los mensajes ofensivos. Los niños han aprender a disfrutar de una relación saludable con los alimentos. ¡Ah! Y, a partir de ahora, no digan "me/has/te engordado", "me/has/te adelgazado", "esto engorda/adelgaza". Se sube o se baja de peso, nada más.

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