Revista Salud y Bienestar
En lo referido a la crisis y a su repercusión sobre el profesional médico, el eventual ha sido el más afectado -de lejos- llegando tal repercusión y en ocasiones a cruzar la línea roja que posiciona actitudes que pudieran definirse como ajenas a toda dignidad...
A la principal desventaja que supone el no tener un puesto fijo de trabajo y a cuanta inseguridad se deriva de ella, han de añadirse otros aspectos que perjudicarían de un modo especial, en ocasiones muy selectivamente, a quienes no cuentan con un destino fijo:
-. El tipo de contrato que se nos hace, las más de las veces diario, aún tratándose del mismo puesto de trabajo y con la intención de evitar pagarnos los días de descanso que suponen los fines de semana.-. Los días que trabajamos suelen ser los más complicados. Sirva el ejemplo de ayer: Día laborable en el medio de un puente y por el que no acuden a trabajar 4 compañeros del mismo Centro... Tan sólo se contrata un suplente y se procede al reparto de los enfermos; el resultado queda perfectamente ilustrado en la cifra de pacientes vistos: 63 en el transcurso de la tarde y tras haber trabajado también por la mañana.-. Por esta ausencia masiva de compañeros es frecuente que en esos días recaiga sobre tí, además de la desmedida y comentada demanda asistencial, la responsabilidad de los avisos o de las urgencias del exterior.-. Por cuanto expuse en puntos anteriores y aún siendo numerosos los días en que no tienes trabajo, todo el mundo pretende contratarte los mismos días, esos en los que recibes más de una propuesta de las que, por no disponer del don de la ubicuidad, sólo puedes aceptar la primera.-. Lógicamente y en esos los días en que te ofrecen trabajo, es posible que acabes doblando y consiguientemente: reventado.-. Una menor percepción económica, al incluir ésta conceptos como trienios, carrera profesional...-. Tampoco disponemos de días pagados como los "moscosos", "canosos", etc...-. Pagamos proporcionalmente más impuestos, por tener que aceptar cúanto nos ofrecen desde distintas áreas sanitarias, y por ser éstas consideradas, injustamente y por hacienda, como si se tratase de "varios pagadores".-. Sin embargo, aún haciendo acopio de las numerosas desventajas que he mencionado y no disfrutando de ninguna de las ventajas que también enumeré, nos afectan de igual modo que a los demás -si no en mayor medida- todas las adoptadas en el contexto de los recortes: salariales, fiscales, laborales, etc..
Por todas ellas y por muchas cuestiones más quisiera comentar que, aunque no es frecuente tampoco es irreal la existencia de compañeros a quienes no les vendría mal revisar sus conceptos de igualdad y ecuanimidad, así como sus poco justas inclinaciones a dejar y dar todo aquello que ellos no quieren o una mayor carga de trabajo al "sustituto".