Revista Salud y Bienestar
No dormir las horas suficientes puede derivar en obesidad, diabetes, envejicimiento prematuro o trastornos psicologicos
Por Fat
"No dormir las horas suficientes, en torno a unas ocho horas diarias, tener horarios irregulares en cuanto a las comidas y no mantener una actividad física regular, no sólo pueden derivar en obesidad sino también en diabetes, envejecimiento prematuro o en determinados trastornos psicológicos”, asegura Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia. “Desde 1972 conocemos la existencia de un reloj central en nuestro organismo, capaz de poner en hora nuestro organismo y no solo eso, sino también capaz de sincronizar nuestro cuerpo con el medio externo. Este reloj interno regula las hormonas relacionadas con el metabolismo y el gasto energético”, ha asegurado la experta durante su intervención en el 53 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición celebrado recientemente en Santiago de Compostela.
El ritmo de vida actual hace que nuestro cuerpo sea incapaz de sincronizar los factores externos con nuestro reloj interno. La consecuencia inmediata de este desajuste es, en parte, la epidemia actual de las sociedades modernas: la obesidad. “El incremento en el número de personas obesas que se está dando en la población española se debe a que, al no dormir las horas de sueño suficientes, nos encontramos más cansados y, debido a esto, nos movemos menos. A esto debemos sumar que las hormonas de control de la ingesta aumentan cuando no alcanzamos las horas de sueño debidas, con lo que se sobreestimula el apetito y comemos más”, explica la doctora. Recientemente un estudio publicado en International Journal of Obestity realizado en más 3.500 niños ha corroborado cómo aquellos niños que duermen menos de 7 horas diarias muestran un incremento en el peso, superior al de aquellos que duermen un mínimo de 8 horas diarias.
El estudio de los ritmos biológicos externos y la influencia que éstos tienen sobre las diversas funciones corporales recibe el nombre de Cronobiología, y su relación con la Neuroendocrinología viene motivada por la relación entre las diversas hormonas y los ritmos que éstas manifiestan a través del sistema nervioso y del sistema endocrino.
“Los sistemas neuroendocrinos participan en la regulación de aspectos tan variados como el crecimiento, la pubertad, la función reproductora, el control metabólico, el balance energético y la homeostasis del peso corporal, además de la regulación del balance hidrosalino, entre otras”, asegura el doctor Manuel Tena-Sempere, Catedrático de Fisiología de la Universidad de Córdoba e investigador del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición. Dentro de los avances producidos en este campo, el experto ha destacado aquellos relacionados con el conocimiento de las señales y mecanismos moleculares por los cuales se regulan la ingesta de alimentos, el peso corporal y el metabolismo periférico. “Se han obtenido evidencias de que muchas de las hormonas que regulan el metabolismo actúan primariamente a nivel central para llevar a cabo algunas de sus principales acciones reguladoras”, explica Tena-Sempere.
El ritmo de vida actual hace que nuestro cuerpo sea incapaz de sincronizar los factores externos con nuestro reloj interno. La consecuencia inmediata de este desajuste es, en parte, la epidemia actual de las sociedades modernas: la obesidad. “El incremento en el número de personas obesas que se está dando en la población española se debe a que, al no dormir las horas de sueño suficientes, nos encontramos más cansados y, debido a esto, nos movemos menos. A esto debemos sumar que las hormonas de control de la ingesta aumentan cuando no alcanzamos las horas de sueño debidas, con lo que se sobreestimula el apetito y comemos más”, explica la doctora. Recientemente un estudio publicado en International Journal of Obestity realizado en más 3.500 niños ha corroborado cómo aquellos niños que duermen menos de 7 horas diarias muestran un incremento en el peso, superior al de aquellos que duermen un mínimo de 8 horas diarias.
El estudio de los ritmos biológicos externos y la influencia que éstos tienen sobre las diversas funciones corporales recibe el nombre de Cronobiología, y su relación con la Neuroendocrinología viene motivada por la relación entre las diversas hormonas y los ritmos que éstas manifiestan a través del sistema nervioso y del sistema endocrino.
“Los sistemas neuroendocrinos participan en la regulación de aspectos tan variados como el crecimiento, la pubertad, la función reproductora, el control metabólico, el balance energético y la homeostasis del peso corporal, además de la regulación del balance hidrosalino, entre otras”, asegura el doctor Manuel Tena-Sempere, Catedrático de Fisiología de la Universidad de Córdoba e investigador del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición. Dentro de los avances producidos en este campo, el experto ha destacado aquellos relacionados con el conocimiento de las señales y mecanismos moleculares por los cuales se regulan la ingesta de alimentos, el peso corporal y el metabolismo periférico. “Se han obtenido evidencias de que muchas de las hormonas que regulan el metabolismo actúan primariamente a nivel central para llevar a cabo algunas de sus principales acciones reguladoras”, explica Tena-Sempere.
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