"No eres lo que busco" de Laura Mavor

¿Qué pasaría si en lugar de encontrar en internet tu cita perfecta encuentras al asesino perfecto?

En una pequeña ciudad costera de Castellón, donde nunca pasa nada, una escritora de mediana edad ha quedado con un joven a través de la aplicación de móvil para ligar más popular del mercado. Cuando llega a la cita, en casa del chico, encuentra su cadáver desnudo y grotescamente manipulado.

La teniente Miranda Vega, una guardia civil madura, experimentada y con un ácido sentido del humor, y su nuevo compañero, el sargento Christian Ballesteros, un novato ingenuo y de buen corazón, liderarán la investigación del asesinato del chico, lo que destapará un sórdido mundo de intereses mafiosos, fundamentalismos religiosos y fetichismos sexuales en lo que hasta entonces había sido una pacífica localidad turística.

Encuadernación: Tapa dura

A raíz de toda la publicidad positiva que se dio a este libro cuando llegó a las librerías hace unas pocas semanas, decidí darle una oportunidad. Una novela policíaca, nuevas tecnologías... parecía tenerlo todo.

Antes de nada, me gustaría hablar de la línea "gancho" de la sinopsis. " ¿Qué pasaría si en lugar de encontrar en internet tu cita perfecta encuentras al asesino perfecto? ". No sé si es que yo lo malinterpreté o que la sinopsis lo exagera todo un poco, pero me hizo formarme una idea de la historia muy distinta de la realidad. Leyendo esa primera línea, me da la sensación de que voy a encontrar un personaje (el asesino) que va a tener mucho peso, o una presencia muy fuerte en la historia. Me da la sensación de que voy a conocer a un personaje inteligente y retorcido con el que la policía va a tener que lidiar. O que uno de los personajes va a conocer a un asesino a través de una red social y va a iniciar una relación sentimental con él, obviando el oficio de este mismo y planteando debates éticos sobre ello. En resumen, un asesino con mucha presencia en la historia, como cuando en una película vemos la historia del bueno al mismo tiempo que los planes y tramas del malo. Pues no ha sido así.

Tenemos a la protagonista, Miranda, adicta a comer manzanas, la cual es endosada con un novato que acaba de llegar, Christian, a la que asignan un caso en las primeras páginas del libro. Aleksandar, un chico de unos veinte años ha sido encontrado muerto en su casa por una amiga de Miranda, Telma, apenas horas después de que otro cadáver apareciese en la bahía. Telma se había citado con Aleksandar a través de Finder (básicamente Tinder, una aplicación de citas), aplicación desarrollada por un empresario de la zona que al mismo tiempo está relacionado con un empresario ruso envuelto en tramas un poco turbias. En las 460 páginas de la historia, Miranda intentará descubrir quién mató a Aleksandar y si eso tiene alguna relación con las desapariciones que azotan Santarés y el cadáver que apareció en el mar días antes.

De forma paralela, Adriana Lesboutx, el otro componente del equipo de Miranda, investiga los actos de vandalismo cometidos en el ayuntamiento, apuntando las pruebas a Neus Guzmán, una mujer ultracatólica que está luchando con todas sus fuerzas por conseguir el cierre del centro social, centro inaugurado por el ayuntamiento para acoger a jóvenes en riesgo de exclusión. Según Neus, el centro social solo consigue atraer drogadictos, prostitutas y homosexuales, que son la raíz del mal en la sociedad y solo traerán desgracias al pueblo. En un momento dado, las tramas de Miranda y Adriana incluso se entrelazan. Neus representa la mentalidad cerrada que suele reinar en los pueblos pequeños más tradicionales.

Como ya leí en algunas de las reseñas que encontré antes de empezar a leer el libro, esta historia no es de las que enganchan en los primeros capítulos, sino que va echando raíces poco a poco. El hecho de que la autora sea criminóloga le da al libro un componente didáctico, asumiendo que ha imbuido las páginas de cierto realismo extraído de su propia experiencia. No obstante, un aspecto que criticaría es su lentitud. Acostumbrado a otras obras policíacas mucho más ágiles, esta se hace muchísimo más lenta. La historia empieza un 24 de abril, viernes, y termina el día 28, martes: 460 páginas para contarnos lo que pasa en 4 días, y lo peor de todo es que no son 460 páginas aprovechadas, en mi opinión. Tras terminar el libro, no solo quedan algunas preguntas sin responder, sino que se me ha dado información que no me ha llevado a ningún sitio, como, por ejemplo, la historia sobre el padre de Miranda.

Conociendo la profesión de la autora, estaría más que encantado de leer futuros libros suyos, pero este primer libro ha sido un poco decepcionante, probablemente por la apabullante publicidad que se hizo del mismo en todas las redes sociales, que han dejado el listón demasiado alto.