¿Quién no ha utilizado esta frase alguna vez? ¿A quién no se la han dicho alguna vez?
¿Cómo es que en las relaciones de pareja a veces somos capaces de sacar al otro o a nosotros lo peor, y en un momento en que lo importante sería ser sincero soltamos semejante tontería?
Porque, vamos a ver, sí eres tú, no soy yo. No te acaba de gustar el otr@ por lo que sea: no te da lo que quieres, no sientes bastante pasión, te acuerdas de tu ex, te gusta otr@ más, etc. O sea, sí, eres tú. Porque, si no, no l@ dejábamos ir ni por casualidad. Porque cuando estamos en una relación, si nos conviene y estamos enamorados, no dejamos volar al otr@.
También resulta bastante absurdo que utilicemos una frase que no sólo la usa el 90% de la relación, si no que se usa en las series, libros y películas. De hecho, podrían hacer una película o escribir un libro que se titulara: “No eres tú, soy yo”.
O sea, es un típico tópico. Como cuando la gente utiliza frases como “El fin justifica los medios” sin pensarlo mucho: cuatro palabras, dejo caer la frasecita, tres palabras más y quedo la mar de bien. Así, porque yo lo valgo, porque me gusta la frase y pienso poco. O que las mujeres no saben conducir, que los hombres no saben hacer más de una cosa a la vez, que los catalanes somos tacaños…
Y se convierten en frases recurrentes. Para algunos ya sonidos, como cuando estaba de moda Chiquito de la Calzada y todos decíamos “¡Condemorrrrrrrrrrrrrr!” y “¡Jorrrrrrrrrrrrrrlll!!!”.
Porque no nos olvidemos que normalmente, después del “No eres tú, soy yo” viene el “Conocerás a alguien mucho mejor que yo, que valga la pena”. Eso seguro, lo que en ese momento no lo sabemos y no nos consuela. Y, ¿por qué decimos esto? Pues por lo mismo. Sabemos que no hay nadie mejor que nosotr@s, que somos lo más, pero en ese momento, la culpabilidad y la falsa modestia nos hace decir esta chorrada.
Y ya si la cosa se pone muy fea, con lloros, insistencias, rabietas, melodramas… podemos sincerarnos un poco y decir el típico “Sólo te quiero como amig@”. Que normalmente tampoco es cierto, porque lo que queremos es perder de vista a la persona esta que nos está empezando a recordar la película de “Atracción fatal”. Y con esto, encima, estamos esperanzando al otr@ de que haya una minúscula relación, contacto…
O sea, en definitiva, muchas veces mentimos más que hablamos, somos más falsos que un duro sevillano (otra frase recurrente) y más crueles que la de Vil.