Uno de los trucos sucios del sanchismo consiste en atribuir al Estado lo que es negativo e impopular, eludiendo así que es el gobierno quien toma las decisiones y asume la responsabilidad. Dicen "El Estado tiene que cobrar impuestos", cuando es el gobierno el que lo hace de manera abusiva e injusta. Les da vergüenza lo que hacen y utilizan al Estado para esconder sus fechorías y eludir la indignación y la furia de los ciudadanos. ---
La ministra de Hacienda dice que el Estado necesita recaudar, pero oculta que es el gobierno el que ambiciona ese dinero y lo utiliza como quiere, entre otros fines para comprar poder y votos, alimentar el clientelismo, financiar los chiringuitos de la izquierda y hacer regalos a los separatistas y amigos de ETA, a cambio de su apoyo para que Sánchez se mantenga en la Moncloa.
Gracias a la inflación, a los nuevos impuestos y al saqueo fiscal de los socialistas, España recauda más dinero que nunca antes con impuestos y tasas, pero ese dinero se emplea más en lujos y en compra de votos para conservar el poder que en reducir la imponente deuda española, en invertir en infraestructuras o en potenciar el crecimiento.
Para justificar su insaciable codicia el sanchismo utiliza al Estado. Dice, por ejemplo, que "El Estado necesita cobrar por el uso de las carreteras", ocultando que es el gobierno, que las mantiene con fondos de los presupuestos generales, quien quiere recaudar mas para nadar en la abundancia.
Los corruptos en el gobierno agregan que "El Estado somos todos" para diluir de ese modo sus errores y responsabilidades, lo que constituye una cobardía y una estafa. Sin embargo, son ellos y sólo ellos los que se endeudan, despilfarran, saquean con impuestos injustos, corrompen, dividen, dificultan la riqueza y llenan el país de divisiones y odios.
Es un dato indiscutible que nunca antes, desde 1975, el gobierno tuvo tanto dinero y la sociedad española menos.
La utilización del concepto "Estado" es una constante estafa al ciudadano porque se usa para responsabilizar a ese ente abstracto de lo que son codicias y abusos del propio gobierno.
Francisco Rubiales