Las comedias románticas convencionales ya han pasado a la historia. Desde hace algún tiempo algunos directores como Marc Webb y su (500) días juntos o ahora el francés Lucas Belvaux con No es mi tipo se han dado cuenta que a veces no todo tiene que finalizar de color de rosa, a veces los problemas o la propia naturaleza de las personas pueden ser los causantes de una separación.
Clement, un joven y atractivo profesor de filosofía es destinado a la lejana región de Arrás. Imitando al director de la oficina de correos de Bienvenidos al norte aprovecha los fines de semana y fiestas para regresar a su querida ciudad, en este caso la bella París, donde se rodea, en un mundo totalmente snob, de un círculo de amistades y ex parejas de una posición social e intelectual superior a la media. Durante el curso escolar aprovecha entre semana en el pueblo donde da las clases para pasear, leer y curiosear por las calles ajeno a la historia que está a punto de protagonizar. Una guapa, moderna y simpática peluquera queda prendada de él precisamente por ser todo lo contrario a lo que ella conoce. Pertenecen a mundos diferentes y se codean con personas también muy distintas siendo en esos momentos felices plenamente. El amor puede romper todo tipo de barreras y hacer que dos corazones solitarios puedan unirse para el resto de la vida aunque sean dos almas muy distintas. Para que una relación funcione cada uno de ellos debe sacrificar algunas de las cosas que más les interesan, deben aprender de su pareja y ceder en ciertas cuestiones e intentar aprender de aquello que no conocen. Clement se enamora de Jennifer pero no trata de enseñar a Jennifer lo mejor de su mundo, intenta cambiar su personalidad y esto es un error que traerá graves consecuencias. El egoísmo es uno de los peores defectos que una persona puede poseer sacándolo a pasear cuando menos se espera. Así es Clement que solo decide espiar el mundo de su novia con cuentagotas como por ejemplo en el karaoke al que ella asiste y canta acompañada de sus íntimas compañeras y amigas. No le interesa ni conocer a su hijo ni lo que a ella más le llena en la vida, la actualidad de la televisión o el cine más comercial. Ella por el contrario, se deja llevar por su pasión y cegada acepta todo lo que le propone su querido profesor convirtiéndose la habitación del hotel donde él reside en un mundo aparte controlado por la silenciosa pero manipuladora voz de Clement.
Ya no hay vuelta atrás, los dos amantes han comenzado a andar un camino agarraditos de la mano pero no saben que la bifurcación acecha unos cuantos metros más adelante y no hay más flechas u otros Cupidos con el rostro de Kant o Proust que puedan hacer que la eviten. Clement rige su vida por una filosofía que no es real ni de este tiempo y que choca frontalmente con la de Jennifer.
No es mi tipo se basa en una novela del francés Philippe Vilain pero podría tratarse de cualquier historia de amor en la vida real. Muchas veces ni fuimos felices ni comimos perdices, Hemos aprendido que no se puede luchar contra lo que uno es ni se puede cambiar a nadie y que es mejor olvidar y pasar página. Eso declara Jennifer a ritmo de Gloria Gaynor con su I will survive y hay que hacerle caso. Lo mejor es continuar con nuestra vida hasta dar con alguien que verdaderamente nos quiera tal y como somos aunque mientras tanto tengamos que besar unos cuantos sapos. Hasta que llegue nuestro príncipe azul o nuestra princesa rosa tendremos que conformarnos con el de las galletas.
No es mi tipo además de presentarnos a una actriz prometedora como es Emilie Dequenne también nos deleita con una banda sonora repleta de temas conocidos que hemos tarareado en más de una ocasión como el famoso Life is life de Opus. Sin duda un punto más a favor para que vayamos al cine donde exhiban este film.
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