«No dejamos de jugar porque nos hacemos mayores. Nos hacemos mayores porque dejamos de jugar» – Bernard Shaw
Bajo ésta premisa vengo a presentar, a quien no lo conozca, uno de mis mayores hobbies.
El airsoft es una actividad/ deporte/ entretenimiento con su origen en Japón y que, a lo largo de los años, se ha ido extendiendo por todo el mundo hasta crear un auténtico mundo propio.
En términos generales, el juego se basa en que dos equipos se enfrentan entre sí con la finalidad de conseguir un objetivo. Y algunos me direis «eso se llama fútbol» y yo, tras una mirada suspicaz, suspiraré y continuaré con mi explicación.
El principal atractivo del airsoft es que se juega con réplicas de armas reales (en españa ahora son consideradas armas según el Reglamento) que disparan bolas de PVC de 6 mm de diámetro y que, generalmete, suelen estar impulsadas por una batería eléctrica (AEG), un mecanismo de gas comprimido o CO2 o por la acción manual de un muelle.
«Ya, eso está muy bien, pero lo veo muy similar al Paintball» – y aquí es cuando los párpados empiezan a darme la vuelta a los ojos, me fumo un cigarro, suspiraré de nuevo un par de veces y finjiré nunca haber oído eso.
En esencia, la mecánica del juego sí es igual al Paintball. Dispararse y conseguir el objetivo. Pero la diferencia radica en que las partidas de airsoft suelen disponer de guiones mucho más elaborados que la simple mañana de corre y toma la bandera o elimina al otro equipo del todo y ya has ganado. El airsoft es mucho más que eso, los guiones tratan de simular, en mayor o menor medida y siempre salvando las distancias, las circunstancias de un conflicto real como puede ser proteger a un VIP, tomar un complejo, rescatar unos rehenes, activar o desactivar una bomba (ficticia, que alguno ya se lleva las manos a la cabeza)… pero la diferencia más importante radica en que, a diferencia del Paintball, en el airsoft las bolas (o BBS) no manchan, haciendo de cada impacto un ejercicio de honor por parte de quien lo recibe.
Éste punto es importante y, evidentemente, hay gente que hace trampas en mayor o menor medida y de las que ya hablaremos más adelante, pero por fortuna ni es la norma ni tampoco están bien vistos en los campos de juego (Sí, hay campos especializados, no jugamos en el primer descapmado que nos encontramos).
Otra característica del airsoft (o mejor dicho, de sus jugadores) es el hecho de que, de principio, cuando contamos o hablamos de éste hobby a los «profanos», no pueden evitar perfilar una sonrisa al considerarlo una actividad infantil. Es algo que tenemos más que superado y que, normalmente, suele desaparecer cuando invitas a esa persona a jugar y descubre que, lejos de ser un simple juego de niños, las carreras, la tensión, la adrenalina, entre otras muchas cosas, distinguen notablemente el airsoft de ese juego de niños que ellos imaginaban. Los airsofters somos una casta especial, otgullosos de jugar a lo que jugamos y de no solo ser jugadores sino coleccionistas, aficionados a la historia bélica y, en algunos casos (como ya comentaremos en posteriores artículos) verdaderos expertos en determinadas areas, uniformidades de ejércitos y épocas históricas.
Asique cuando me preguntan «¿Qué es el airsoft?» yo contesto «Jugar a la guerra como cuando eramos niños, pero con más realismo».
KerielXIII en La Granja (Campo de Airsoft)
Y como una imágen vale más que mil palabras, dejo una foto de un servidor jugando a ser un «guerrero de fin de semana».