Estoy trabajando mucho en este punto, últimamente. Resulta que en tiempos complicados, mas que nunca, uno se da cuenta de sus prioridades y de sus virtudes y sus defectos. Yo soy sensible, luchadora, concienzuda, curiosa y creativa. Pero también soy frágil (creo que todos lo somos) y muy facilitadora. Tiendo a estar ahí para los demás poniéndoles por delante de mi misma. Y ya no quiero. Ya no quiero perder mi tiempo con gente que solo pide y nunca da. Le he quitado etiquetas a personas que ya no forman parte de mi vida y a cambio tengo un montón de espacio para los que aparecen y sí quieren. Intento lo pensarlo como una pérdida, que no lo es, sino como un síntoma claro de madurez