Revista Cultura y Ocio

No existe el «efecto Mozart», pero sí el estímulo de la música

Por Lachicadelblog
En 1993, la psicóloga Francis Rauscher y el neurobiólogo Gordon Shaw  concluyeron que la música de Mozart mejoraba la eficacia temporal de la inteligencia visual-espacial en tres grupos de universitarios que habían sido sometidos a diferentes ambientes de música y silencio. A los sujetos del experimento se les sometió a diversas pruebas antes y después de introducirlos en las respectivas salas. En una de ellas reprodujeron melodías de Mozart.El estudio publicado se promocionó instantáneamente como "Efecto Mozart", esto es, que las composiciones del genio vienés incrementaban la inteligencia de los bebés y que, por este motivo, se aconsejaba someterlos al estímulo musical durante el embarazo y los primeros meses de vida.La fiebre del "efecto Mozart" se expandió con gran virulencia en Estados Unidos. Tal es así, que incluso se llegaron a dictar normas para su utilización por ley en las escuelas infantiles. Simultáneamente, un ingente número de investigadores se lanzaron a la carrera de refutar tal simplificación comercial del estudio de Rauscher y Shaw. La ausencia de muestreos válidos comparables entre todos los estudios, en todos las investigaciones, ha dejado sin contundencia concienzudos estudios y publicaciones que aseguran o bien que sí existe tal efecto con la música de Mozart, o bien que no existe y, por lo tanto, lo relegan al universo de los mitos.Hasta la fecha, los estudios neuronales con estimulaciones musicales coinciden en que determinados ritmos y cadencias presentes en algunas composiciones de Mozart y de otros grandes compositories de música clásica provocan cambios en el cerebro que afectan a ámbitos como la percepción espacial, la concentración o la expresión de sentimientos. También de la creatividad. 

Pero, ¿por qué Mozart? El siguiente vídeo trata de explicarlo.



Fomentar la educación musical en los niños de 0 a 6 años, e incluso durante el embarazo, resulta beneficioso para los niños y para las madres. Para ellas, por su efecto relajante, y en el caso de los infantes, para estimular su desarrollo psicológico, físico y motriz.

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