Revista Coaching

No grites

Por Candreu
No gritesEsta semana empezó un poco torcida. El lunes, el vuelo de Pamplona a Madrid de las 6.30AM no salió. La noche anterior, quizá por mal tiempo, no había aterrizado, y hasta las 10 de la mañana no llegó otro aparato a realizar la ruta. Las explicaciones en un primer momento no fueron totalmente claras y cuando yo decidí olvidarme del avión y bajar a Zaragoza a coger un AVE, algunos pasajeros -quizá con algo de razón- estaban empezando a perder la calma y gritaban al personal de tierra exigiendo una explicación.
Un maestro preguntó a sus alumnos:
- ¿Por qué la gente grita cuando está enfadada?
- Porque perdemos la calma- contestó uno.
- Pero, ¿por qué gritar si la otra persona sigue a nuestro lado? ¿No es posible decir lo mismo sin gritar?
Los alumnos no acertaron del todo en sus respuestas y el maestro les explicó: Cuando dos personas se enfadan, sus corazones se alejan mucho y para cubrir esa distancia, es necesario gritar. Cuanto más enfadados estén, más separados se hallarán, y más necesario será gritar.
Y termina la semana en víspera de San Valentín, el día de los enamorados.
El mismo maestro preguntó a sus alumnos:
- ¿Cómo hablan dos personas que se han enamorado?
- No se gritan, maestro -contestó un alumno- se hablan suavemente, porque sus corazones están muy cerca. Incluso en determinados momentos sólo se susurran, o incluso ni eso, tan sólo se miran. Porque sus corazones están realmente unidos.
Así que cuando alguna vez nos enfademos, porque seguro que nos enfadaremos, no permitamos que las palabras alejen más nuestros corazones. No vaya a ser que se alejen tanto tanto que luego no encuentren el camino de vuelta.

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