Revista Espiritualidad

No hace gracia

Por El Blog De David Fernández Ojeda @alejandrodavidf

Para los que hemos tenido la suerte de ir a la universidad –sí, suerte- quizás nos haya sabido a poco; y para los que no, en algunos casos, la habrán anhelado o, a lo mejor, dirán que no les habría servido para labrarse el presente que disfrutan en este momento.

Tanto si eres de los que han ido como si no, tanto si eres de los que le dan importancia o no a esa formación universitaria, tanto si te has labrado esa profesión con mayor o menor futuro o no… Tanto si es sí, como si es no, a mí ya no me hace gracia.

No hace gracia

Fuente imagen: dos-mundos-distintos.blogspot


Supongo que te pasará a ti también que siempre piensas que podías haber hecho más, que podías haberte esforzado más. Cierto, a mí también, especialmente en lo relativo a mis estudios que, no sólo porque me gustaría haberme matriculado en otra carrera absolutamente distinta, sino porque sé que pude hacer mucho más de lo que hice.
Es gracioso…Cuando se finalizan los estudios, aunque formado y con mayor capacidad de comprensión del entorno, se llega a un estado de limbo profesional en el que no sabes qué hacer porque, no es que no tengas experiencia, es que ni siquiera la teoría se parece a la práctica que encuentras ante ti.  
Es gracioso…Que a base de esfuerzo y sacrificio, habiendo sufrido las inclemencias laborales propias para llegar a progresar en sueldo y salud laboral, al final ni te acuerdes de los estudios que cursaste.
Es gracioso…Ver pasar los años y creer que eres bueno, muy bueno en lo que haces, y haberlo demostrado con los mejores resultados y llegar a pensar que podías haber llegado donde estás sin haber cursado tus estudios porque te sobra capacidad y, ahora, experiencia también.
Pues a mí no me hace gracia.

No hace gracia

Fuente imagen: taringa

No hace gracia que las universidades no tengan mayor grado de especialización y, sobre todo, que no incluyan, al menos, un año de prácticas en empresas para conocer la realidad de un trabajo y adquirir una experiencia mínima que luego va a ser valorada en próximas candidaturas.
No hace gracia que las empresas pretendan los mejores para sus plantillas, los mejor formados y los más experimentados pero no quieran considerar un sueldo acorde a su valía para desgracia del trabajador y demérito de la propia empresa.
No hace gracia que recruiters y headhunters sonrían ante sus clientes y consientan abrir un proceso sin asesorarlos debidamente sobre el peso que tiene la experiencia acumulada para determinados puestos de trabajo.
Y no me hace ninguna gracia, la misma que a ti, ver como hay candidatos que son rechazados por la edad, porque no pueden presentar su título universitario o, incluso, por el ya manido discurso del sexo.
Ahora bien, ¿sabes qué me resulta gracioso?. Ver como algunos están convencidos de que existe el candidato, en algún lugar, con una licenciatura y estudios de postgrado, dos idiomas (como mínimo) y –atención- una experiencia mínima en el puesto de diez años. ¡Ah!, no lo he dicho: el candidato debe tener menos de 30 años.
¿Qué hacer ante ese tipo de prácticas?. Te lo resumo en dos palabras: SEGUIR LUCHANDO. 

No hace gracia

Fuente imagen: mexico.cnn

Podríamos decir que los empresarios deberían cambiar su mentalidad, que los recruiters deben aumentar su grado de profesionalidad (que no es bajo ni mucho menos) y ser capaz de reorientar las necesidades de sus clientes.... Y bla, bla, bla. Pero, a fin de cuentas, la vida continúa y todo eso se convierten en excusas para no dar el paso. Como decía Napoleón, "La queja es el lenguaje de la derrota".
Por eso, es importante que mantengas un nivel suficiente de motivación y, si te cuesta, rodéate de personas positivas y muévete en entornos afectivos para potenciar tu autoestima. Sin duda, no habrá nadie que pueda quererte más que tú mismo.A partir de ahí, refuerza tu marca personal, fija tus objetivos, plantea tu estrategia y, siempre con determinación, sal a por todas.
   Guiño especial para Alejandro F.
Y a ti... ¿Te hace gracia?


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