Revista Ciencia

No hay dos sin tí

Por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22
No hay dos sin tí

Nunca me ha gustado eso de "Recursos humanos", porque la única manera feliz de alcanzar objetivos, resultados y fines es comenzar por Principios que valoren lo humano de los recursos. Y cada vez menos se tienen y trabajan principios y valores humanos. Sólo recursos

Decía Heráclito que el alma queda teñida del color de tus pensamientos. Piensa sólo en aquellas cosas coherentes con tus principios y que pueden soportar la más intensa luz del día. El contenido de tu carácter es tu elección. Día a día, lo que eliges, lo que piensas y lo que haces es aquello en lo que te conviertes. Tu integridad es tu destino... es la luz que guía tu camino.

Salga a la calle. Si tiene la mala fortuna de encontrarse con una supuesta amistad que le diga... ¿qué te pasa, que mala cara tienes hoy?, y a la vuelta de la esquina con otro terrorífico amigo que le comente ¿pasaste mala noche? ¡Qué ojeras¡, ya no hará falta un tercer elemento para que pase un mal día. Y lo mismo a la inversa. Acabamos siendo lo que nuestros pensamientos quieran. La forma en la que vives tu vida habla tan alto que lo que dices no importa

Y ahora analice estas dos cuestiones.

¿Qué desea de su gente? Los que dirigen personas (vamos a llamarlos así, que lo de líder es más respetable) desean que su gente sea entusiasta, creativa, proactiva, comprometida ... no que se limite sólo a cumplir con su tarea.

Todos ellos son valores que al encarnarse en uno se transforman en virtudes, y se llevan ya consigo, da igual al trabajo que en el entorno familiar.

Pero estas virtudes no se pueden exigir porque el contrato lo establezca o por que el jefe de equipo lo reclame a sus empleados. Ordenando, sin ponerse a su servicio, sólo obtendrá el cumplimiento pero no se ganará su corazón para tener gente entregando todo su potencial de manera incondicional en aras de un fin o propósito común. Una cosa es dar libertad imponiendo normas, y otra cosa es enseñar la libertad contagiando valores.

Por ello es importante entender que los valores que buscamos en las personas para desarrollar un alto desempeño solo lo podremos obtener si lo dejamos florecer del interior de cada persona. El amor y el entusiasmo con que las personas hacen su trabajo no se puede comprar. Ni exigir. La entrega se da, no se exige. Creer lo que aprendas, enseñar aquello en lo que creas y practicar lo que enseñes.

De entre mis empresas clientes tengo la fortuna de tener a muchas del sector agrario. Veo con que cariño, antes de echar las semillas para tener una buena cosecha crean las condiciones óptimas para que la tierra alcance su máximo grado de fertilidad. Una vez se ha abonado y suministrado los fertilizantes para preparar el terreno, se escogen las mejores semillas las cuales simplemente se esparcen en el suelo para que puedan florecer.

Es lo mismo. Una persona podrá olvidar lo que digas, quizá también lo que hagas, pero nunca como le hiciste sentir.

Si los directores de personas quieren obtener lo mejor de sus colaboradores, antes deben crear las condiciones mínimas para que permitan el florecimiento de los valores hechos conductas visibles desde el interior del individuo.

Y entonces sí. Abonada la tierra, se podrá logar la lealtad, la creatividad, el compromiso... y florecerán naturalmente, se habrán ganado el corazón de los empleados llevándolos a superar los límites impuestos por las metas ya no viéndolas como punto de llegada sino como punto de partida hacia dimensiones superiores

Un líder (ahora sí) de verdad enseña a sus discípulos a creer en ellos mismos antes que en él.

Todo lo que das a otros te lo estás dando a ti mismo. Todo lo que abandonas te abandona a ti

Por eso, cuando tenga que dirigir aunque sea a una sola persona, recuerde el título del artículo. No hay dos sin ti.

Fuente: José Pomares.

C. Marco


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