Revista Libros
Llevo unos meses investigando y estudiando sobre temas que tienen que ver con el decrecimiento como postura vital, que me han llevado a su vez a interearme sobre temas relacionados con la ecología, la eco-economía, la socialdemocracia (en contraposición a las posturas ideológicas bienpensantes sobre el capital), y, llegados a este punto, los inevitables movimientos antiglobalización. En el camino he leido algunas obras de filosofía, economía y política, he visto cientos de videos en youtube (siento que mi fuente no sea mas científica), y muchos, muchísimos blogs que mantienen personas igualmente interesadas en estos temas, y que se muestran en franca oposíción a la organización social en la que estamos incluidos, donde el dinero va por delante de todo y de tod@s. Gente, toda ella, que ostentan una formación mas que demostrable, y de cuyo nivel de reflexión no se puede dudar. Durante estos estudios, también acabo por poner nombre a toda esa multitud (que también vota), que no defiende al capital en sí mismo, incluso si le picas un poco te acabará reconociendo que genera una situación injusta, pero que tiene intereses prioritarios de otro alcance (veasé Gran Hermano, Futbol, o ir de compras o de botellón como unica alternativa de ocio). Me entero que se llaman nihilistas (claro, como no se me habría ocurrido), es decir, se debaten en la nada, donde lo único cierto es el sexo y la muerte, ah, y la televisión basura, pero solo son conscientes de lo tercero). Y el tercer participante de esta merienda es el sistema económico que ya ha cogido tal impulso que pasa por encima de todos nosotros, despeinando el flequillo a los políticos que se han puesto al frente de este desaguisado como trampolín para sus temas particulares, aquí todo el mundo se guarda una prioridad en la manga. Y la pregunta del millón, si sólo los primeros tenemos una prioridad común y y consciente a la vez, porque los otros dos las tienen pero nunca a la vez ¿como es que estamos solos y sueltos de la mano de dios, sin peso alguno en ningún sitio? ¿Como es que el futbol convoca en la calle a miles de seguidores sin un solo mensaje de movíl, y el resto estamos cada uno por nuestro lado? Habrá quien me diga que las convocatorias de protesta son multitudinarias, ya..., para decirle a la politica financiera lo descontentos que estamos. Y la política financiera nos mira por encima del hombro y arruga la nariz, incrédula "Pensarán que me importa". ¿A alguien se le ha ocurrido que al capital habrá que aplicarle "algo de presión" para conseguir descabalgarle de donde está? ¿O somos tan ingenuos como para pensar que nos va a tomar en serio asi como asi? Somos un patético enemigo para sus intereses, y él es un auténtico verdugo para los nuestros. ¿Cómo aunar todas las cabezas pensantes para defendernos?