Revista Coaching

¡No hay justificación!

Por Vivaconproposito

Hace unos días fui al video con mi esposo a alquilar unas películas, nos trajimos una cuyo nombre en ingles era “Soul Surfer” que nos llamó enteramente la atención. Al terminar la película, la cual vale la pena mencionar, es basada en una historia verídica, me ocasionó tal impactó y me hizo reflexionar tanto que decidí investigar más profundamente  y familiarizarme un poco más con esta, la cual deseo compartir con ustedes.

Bethany Hamilton, una surfeadora nacida en Estados Unidos específicamente en Kauai Hawai, aprendió a surfear a desde los 4 años de edad, pasión que fue transmitida por sus padres, los cuales eran amantes de este deporte y decidieron irse a vivir a Hawai en búsqueda de mejores olas para practicar su deporte. Bethany desde su corta edad, demostró su gran devoción al surf, ganando torneos y campeonatos. Esta oportunidad desató para ella otras más y así importantes patrocinadores se empezaron a interesar por esta apasionada surfeadora.

Fue el 31 de octubre del año 2003 que junto a su mejor amiga, al hermano y padre de esta,  que deciden ir a surfear a una de estas playas en Kauai. Bethany recostada en su tabla recibió un ataque por parte de un tiburón, su brazo izquierdo justo debajo del hombro fue desprendido por este, y fueron sus amigos quienes le ayudaron y lograron salvar su vida después de este serio ataque.

Muchos pensarían en una situación similar, que quizás no volverían nunca más a las olas y mucho menos a practicar el deporte que le ocasiono tal trauma, esto sería totalmente normal, así reaccionamos de pronto los seres humanos, evitamos exponernos a situaciones que nos puedan ocasionar algún tipo de experiencia negativa, dolor o dificultad. Más sin embargo Bethany después de 10 semanas de su incidente, el cual le produjo casi la muerte, volvió a subirse a su tabla y nuevamente volver a practicar lo que apasionadamente amaba.

Es una hermosa historia de valentía y reflexión que nos inspira a pensar en como actuamos los humanos ante las situaciones difíciles. Después de ver la película y leer más al respecto me dije ¡No hay justificación! ahora sin un brazo esta niña volvió a su pasión, la falta de esta extremidad no fue motivo para que echara todo por la borda, ni se quedó lamentándose en ¿por qué le paso esto a ella? sino más bien se amoldó a su nueva situación y decidió salir adelante.

Me llama enteramente la atención la forma de pensar de algunas personas que han vivido tal vez toda su vida rodeados de experiencias negativas, justificar su falta de coraje en aquellos aspectos que le han ocasionado otras personas.

No es posible que justifiquemos nuestra falta de carácter en lo que nos ha pasado, o en lo que hemos vivido, o inclusive como hemos sido tratados. Es más fácil echar la culpa sobre alguien que asumir la responsabilidad de nuestra propia condición. Es cómo cuando un hijo ha sido maltratado y agredido toda su vida por su padre alcohólico y el mismo se hunda en su desgracia culpando al mal ejemplo de su papá, su falta de acción.

Es más sencillo no hacer nada al respecto y justificarse en diversas situaciones que tomar decisiones correctivas, en estas circunstancias, siempre quedarán muchas preguntas internas sin respuestas.

Cada uno de nosotros es lo que ha decidido ser. Tomar decisiones correctas es de valientes, porque hacer el bien y asumir las consecuencias de lo que hacemos no es tarea sencilla.

Cada acto tiene consecuencias sean buenas o negativas pero todas van a ser producto de cuanto hemos tomado partido en el asunto. Me pregunto ¿qué hubiera pasado si Bethany en lugar de sacar ese gran aplomo, se hubiera quedado deprimida, llorando su trauma? Seguramente se hubiera perdido la oportunidad de influenciar a otros deportistas, niños, personas comunes a salir adelante y sentir que era capaz de lograrlo.

Después de este accidente Bethany ganó más torneos, ha sido punto de enfoque en distintos programas de televisión que ha aprovechado para hablar sin dolor de su gran valor y coraje.

Si estas en una situación difícil y te ha costado salir de allí, toma decisiones ¡es tiempo! No te encierres en la culpa, en el pasado, en lo que eras, en lo que has dejado de hacer, en la edad, pensando que ya estas mayor para emprender un nuevo sueño.

Hace algunos años cuando estudiaba mi primera carrera en la universidad, algunos de los primeros cursos eran colegiados por lo que compartíamos con estudiantes de otras escuelas, y nos llamaba profundamente la atención ver a una señora que rondaba entre los 55 y 60 años estudiando medicina, era un gran ejemplo para todos los estudiantes y la amábamos y admirábamos un montón, recuerdo que su cabello era todo blanquito. En un programa de televisión internacional de busca talentos en la parte del canto, pude ver a un hombre de 60 años tratando de cumplir su sueño y hacer una carrera en el campo musical, y también a un joven en rehabilitación por drogas querer trazar un nuevo rumbo a su vida. Así que ¡no hay justificaciones!. Hay que aprovechar las oportunidades.

¿Qué aprendí de Bethany? Aprendí que el cambiar de una situación a otra requiere algunos pasos:

Primero, una actitud positiva. No podemos quedarnos sentados esperando a que alguien haga algo por nosotros, cuando somos nosotros los que tenemos que tomar decisiones, solo nosotros trazamos nuestro camino. Si quedarnos llorando teniendo pena por nuestras vidas sin gracia y ¡sin vida! O tomando acción en medio de la situación, y aunque nos sea difícil pensar que podemos salir adelante, tornar los aspectos negativos en positivos.

Segundo, debemos amoldarnos a lo que tenemos al alcance y dar pequeños pasos. Cuando Bethany volvió a su tabla de surf, tuvo que empezar a aprender de nuevo aspectos básicos, como por ejemplo subirse a su tabla, aprender a nadar con un brazo y tratar de equilibrar su cuerpo con este, al estar de pie sobre la misma. Además, adaptó su tabla, usando una más gruesa, logrando así que fuera más sencillo nadar.

Tercero, no negó el entender que su situación era difícil, y que aunque tenía gran valor y ganas de salir adelante, reconoció que la ayuda de su familia y amigos era importante. Normalmente va a ser nuestra decisión el tomar accionar en una posición difícil, si no estamos determinados a ver otro horizonte por más que nos deseen brindar colaboración, no vamos a hacerlo, porque es más fácil justificarse en una situación incomoda, que tomar partido en el asunto y querer salir adelante. Pero si somos valientes aunque el panorama no ayude, habrá siempre personas que quieran acompañarnos en el proceso y contribuirnos y esto esta bien.

Me pregunto ¿qué situación estas pasando en este momento que te esté deteniendo en tu camino?, solo tú podrás salir de esta situación, solo tú podrás tomar decisiones, lucha por tu sueño, lucha por tu vida y ¡no te justifiques más!. en lo que no tienes, o no has alcanzado hasta este momento, mientras tengas aliento y fuerzas para continuar, siempre habrá una letra en nuestro interior a la cual le podemos poner una hermosa melodía.

“No quiero que sea fácil, solo quiero que sea posible”, Bethany Hamilton

 

 

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