Uno de los problemas endémicos de la economía española, el altísimo déficit comercial, del orden de 10.000 millones de euros a finales de 2007, ha mejorado mucho como consecuencia de la crisis, y ahora se sitúa sobre los 4.000.
Las importaciones crecen menos que las exportaciones, porque las empresas españolas sólo tienen la opción de vender fuera, ante un mercado doméstico tan deprimido. Y por esa misma causa las importaciones bajan su ritmo.
Ahora se trataría de que ese nuevo balance se mantuviera en un futuro a pesar de que volviese la recuperación del consumo que todos esperamos.