No hay manera de detener la sangría (93-85)

Los Celtics volvieron a perder y esta vez ante un equipo de la zona media-baja que, además, tiene lesionado a su mejor jugador: Chris Paul.
El equipo intentó demostrar que había superado sus problemas e iba a presentar al roster completo pero, a última hora, se cayó el cuestionado Ray Allen, con problemas de espalda. No podemos disponer de toda la plantilla a no ser que se produzca un milagro.
Las expectativas subieron cuando un fenomenal segundo cuarto, con un parcial de 28-14, le daba doce puntos de ventaja a los verdes al descanso. Pero sólo fue un espejismo porque los Hornets aumentaron su ritmo de ataque y la pobre defensa céltica sucumbió una y otra vez a la ofensiva del voluntarioso conjunto de Louisiana. Tras un parcial favorable a Nueva Orleans de 29-12, se encargaron de gestionar la victoria en el último cuarto sin demasiados problemas. Con 1o rebotes menos que los Hornets y 23 pérdidas de balón no se puede ir a ningún sitio. Si no llega a ser por la actuación de Marquis Daniels (14 puntos en 24 minutos) estaríamos hablando de una derrota más contundente.
A los grandes no les ganamos pero con los modestos tenemos también los mismos problemas. El equipo tiene rachas buenas de juego pero falta continuidad. Hay momentos en que casi deambulan por la cancha.
Así pues, tenemos dos opciones: nos resignamos, no hacemos cambios, seguimos perdiendo a la espera de que los mejores recuperen nivel de juego, y a ver al final qué pasa, o en qué ronda caemos de playoff. O bien se realizan traspasos, ganamos margen salarial para la próxima temporada, y le cambiamos un poco la cara a este equipo con el objetivo de conseguir un repunte en el juego que nos permita tener ciertas esperanzas esta misma campaña.
Tras la pausa del All Star continuaran la gira por el Oeste con partidos en canchas muy complicadas. Es muy posible que continúe el descalabro a no ser que los que estan saquen todo lo que llevan dentro de una vez por todas o los que lleguen (si finalmente ocurre eso) puedan responder a la expectativa de mejorar el juego.
Si no fuera por el brillante inicio de temporada, ahora estaríamos fuera de playoff y arrastrandonos. Estan dilapidando una renta que tampoco correspondía con el nivel real del equipo.