Revista América Latina

No hay nada más peligroso que amarrar la consciencia

Publicado el 27 febrero 2020 por Jmartoranoster

Esmeralda García Ramírez

El sistema salvaje neoliberal va perfeccionando sus estrategias de combate. Somos parte de un lavado de cerebro masivo que nos lleva a ser una civilización de autómatas consumistas, aspecto éste que le conviene a las grandes empresas que crean productos innecesarios y controlan los recursos del planeta. Este tipo de control busca dominar la mente de las masas para enriquecerse y/o para alcanzar otro fin oscuro donde los humanos son cultivados como alimento informático y psicológico, para ser un esclavo bien portado. Edward Bernays, en su libro Propaganda, escribió que aquellos que manipulan este oculto mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder que dirige una sociedad, un país y al mundo. Somos gobernados, nuestras mentes amoldadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, nuestras creencias religiosas estructuradas, en gran medida por hombres de gran poder económico, político, religioso, dueños de los masivos medios de comunicación. Ahora las guerras presentes y futuras se libran en el cerebro de los humanos. El actual sistema dominante o establishment de las sociedades occidentales utiliza la dictadura del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo en su esencia y transformarlo en un ser acrítico, con miedo y conformista, que pasará a ser parte de una sociedad homógenea, uniforme y manipulable. Estamos siendo vigilados, controlados y manipulados a cielo abierto, todo el tiempo y en todo lugar, como nunca antes en la historia de la humanidad. Esto forma parte de la brutal concentración de poder y riqueza en los estados, que son controlados por el uno por ciento más rico o poderoso. Como dice el filósofo Franklin Mendoza “No hay nada más peligroso que amarrar la consciencia del ser humano” porque no pensamos, somos autómatas controlados por todos los medios, necesitamos de la aquiescencia o de la aprobación de los que nos dirigen para “ser felices”, cuando en realidad ellos desarrollan pseudonecesidades de bienes y servicios fabricados por ellos mismos para atar al ser a la esclavitud del consumismo, a la pasividad política y al culto a la mediocridad. No buscamos formas de autogestión, por ilustrar un ejemplo: seguimos comprando derivados lácteos, sin importar que las industrias eleven sus costos y que causa graves daños para la salud; o preferimos seguir rindiendo culto al vacío, porque no nos atrevemos a buscar la verdad, o es más fácil seguir engañados por cualquier poder religioso que deslastrarnos totalmente; o consentimos que un imperio nos invada porque creemos que nos va a salvar del “demonio de la dictadura”, cuando el Tío Sam es el propio demonio. El escritor francés Sylvain Timsit público 10 estrategias que son utilizadas con mayor frecuencia por los medios de comunicación y por las élites políticas para manipular a las masas: Fomentar la distracción, es utilizada para desviar la atención de los conflictos económicos y políticos; se fomenta el desinterés por adquirir conocimientos profundos y por discutir repercusiones a largo plazo de las decisiones políticas. Crear los problemas y también las soluciones, consiste en aplicar la fórmula problema-reacción-solución. Apelar a la gradualidad, se aplican los cambios de manera gradual, para que las reacciones públicas y políticas sean también graduales y más fáciles de contener. Hacer diferir y dejar para mañana, una de las estrategias más utilizadas es la de hacer pensar que la medida es dolorosa, pero necesaria y pertinente aplicarla en el presente aunque sus efectos sean percibidos años después, acostumbrándonos a sus consecuencias negativas. Infantilizar al interlocutor, se posiciona al público como un conjunto de personas ingenuas o incapaces de ser responsables de sí mismas, o de tomar decisiones críticas, responsables, libres de todo prejuicio. Apelar más a las emociones que a la reflexión, de modo que a través del miedo, la compasión, la sensibilidad, la ilusión, entre otras emociones, sea más sencillo implantar ideales de éxito. Reconocer al otro como ignorante y mediocre, se refleja en las significativas diferencias que hay entre las clases sociales, entre la calidad de educación, según la clase socioeconómica y política a la que se dirige, esto hace que unas poblaciones se reconozcan como víctimas. Promover la complacencia en la mediocridad, se trata de reforzar el sentimiento de éxito, lo que hace que no se desarrolle un pensamiento crítico o que se justifique la misma, algo así como “tenemos lo que nos merecemos”. Reforzar la autoculpa, es hacer creer que el individuo es responsable de su propia desgracia, en lugar de reconocer que hay un sistema que tiende a la injusticia, lo cual genera pasividad y la aparición de estados depresivos o ansiosos. Conocer a las personas mejor de las que ellas mismas se conocen, si no se genera un proceso de autoconocimiento a nivel individual, las élites continúan como las poseedoras de la sabiduría y del control. Cualquier parecido a las políticas que aplica un sistema bárbaro, salvaje, antihumano es pura coincidencia. Esto significa que el hombre debe cabalgar hacia su verdadera realización para poder sostener lo que ha iniciado en este nivel: la revolución. Es importante que cada uno de los que habitamos en este plano, sea un potencial que mantenga el equilibrio en la libertad adquirida, en ese nivel de consciencia. Hay que generar cambios en todas las estructuras y activarse, tenemos más de lo que creemos. El miedo, la ilusión, las religiones, los gobiernos, se encargaron de que olvides tu poder espiritual, tu Ser Superior que mora en ti; ellos se encargaron de anestesiarnos con la televisión, con las guerras, con la degradación del hombre y de la mujer como un hecho novedoso, con la política, con la ignorancia, con los vuelos químicos bajo tu cara para afectarte, produciendo ondas subliminales para amarrarnos, con la comida adulterada, con el fluor dental, te hace ver la ilusión como una realidad. Ellos, el poder oscuro (las monarquías, los imperios, el OpusDei, los Iluminates, los Masones, El Vaticano), lo saben todo, tienen la información, el objetivo es tenernos controlado. Todos se unen para fabricar guerras, miedos, mentiras y conspiraciones, piensan como controlarte, porque cada ser humano es un Dios en acción que si activa su ADN encuentra la liberación y ya nunca más será esclavo de lo que le impusieron. Es el momento de despertar, debemos hacer énfasis en la autosugestión de nuestros principios, para hacerlos suficientes debemos realizar centenar de acciones que puedan integrar al ser en este camino hacia la absoluta libertad. Tener un elevado nivel de consciencia, es alcanzar un estado de autorrealización, lo cual nos generará una paz duradera. Revolución es romper todos los esquemas que bajo muchos conceptos y doctrinas nos han controlado. Tomar consciencia es ajustarnos plenamente hacia un razonamiento objetivo, para no permitir que volvamos a caer en la emboscada de esos oscuros controladores. La autosuficiencia nos permitirá sostener estos principios para que haya un verdadero equilibrio de convivencia, en armonía total con todos y con el todo. Licenciada en Administración

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