Todos los corazones nacen Bellos. Pero crecemos rodeados de una serie de emociones que los van tapando, haciéndoles Creer que son feos, gordos, tontos, cobardes, indignos, violentos, ‘menos’ o ‘peor’. Esas capas, si no somos conscientes de ellas, son las que marcan y guían nuestro camino. Nuestras respuestas. Nuestras reacciones. Nuestra búsqueda. Y nuestro destino.
“Ser sólo tú mismo en un mundo que hace lo posible para convertirte en otro,
significa llevar a cabo la mayor de las batallas humanas y no dejar nunca de luchar”
-E.E.Cummings-
Ser uno mismo implica descubrir esas Creencias que nos convierten en alguien que no somos. Sacarlas a la Luz. Y no me refiero a nuestra personalidad. Cada uno de nosotros tenemos un tipo de energía base que nos va a acompañar toda la vida. Se puede ‘pulir’ pero no eliminar. Forma parte de ti. De tu esencia. De lo que eres. La mía por ejemplo. A mí me gusta mucho escuchar, observar, la soledad, el desapego, el silencio. Aunque también soy muy sociable, muy de la fiesta, del juego, de la ironía, de la alegría, del baile, del cante y del humor. Soy un poco de todo. Las Creencias no tienen nada que ver con mi ‘yo mismo’. Saber diferenciar una cosa de la otra es muy importante porque sino puede pasar (como ya me ha ocurrido) que por Creer que DEBO ser más abierta, más habladora, quedar más con la gente, no estar tanto tiempo a solas, tener más amigos etc= lo que ‘hacen todos’, ‘lo normal’, deje de ser quien soy forzándome a ser quien no soy y quién no me apetece ser.
Para ser ‘tú mismo’ tienes que saber quién eres. Y quién eres ES lo que sientes en cada momento. Y ese ‘cada momento’ está cambiando cada instante. No hay un ‘para siempre’ soy así aunque haya ramalazos eternos. Hoy igual me apetece estar todo el día en casa y mañana todo el día fuera. Nuestra verdad la averiguamos cada vez que le preguntamos a nuestro Corazón: ¿Qué quieres? ¿Qué sientes?. Y esas respuestas caducan justo cuando se pronuncian. Cada segundo de nuestra vida es una nueva vida, un nuevo sentir.
Nos hemos acostumbrado a la ESTABILIDAD, tanto interna como externa. A la permanencia. A la inmutabilidad. Por eso los cambios nos asustan tanto. Por eso tememos a lo desconocido. Porque pretendemos que la seguridad sujete nuestros pasos. Y eso no es posible. SOMOS CAMBIO. Nuestra piel cambia. Nuestros pensamientos cambian. Nuestras emociones cambian. Nuestro planeta cambia. Nuestra consciencia cambia. Continuamente. Que no nos demos cuenta, no quiere decir que no ocurra. Sólo nosotros podemos sostenernos. Nadie ni nada más.
Todos tenemos creencias. Pero una cosa es lo que creemos y otra lo que nos creemos de lo que creemos. La Consciencia de nuestras creencias es lo que marca la diferencia. Desde ahí es desde donde somos libres para elegir qué actitud adoptar. Es lo que hace que se nos caigan los velos que nos mantienen ciegos a nuestro ‘yo mismo’.
Seguramente, esas Creencias que nos llevan acompañando toda la vida, seguirán haciéndolo ‘toda la vida’. Quizás algunas pierdan la Fe… Pero la mayoría no perderán la memoria. Pretender erradicarlas puede ser un pez que se muerde la cola convirtiéndose en un cola-dero de impotencia y frustración.
Es como querer desprenderte de la culpa por siempre jamás. O del miedo. O del vacío. O de la tristeza. O de los juicios. Es iniciar un viaje sin billete de vuelta a tu Hogar. A la Paz. Porque no es posible NO SENTIR. No se puede controlar lo que sentimos. ¿Puedes decidir de quién te enamoras y de quién no? Si fuese una cuestión de decisión todos seríamos felices. Y muy poca gente lo es.
Creer que podemos elegir lo que sentimos es una de las peores creencias que existe.
Creer que puedo elegir no sufrir cuando estoy sufriendo, creer que cuando era una niña, o una adolescente, o una adulta, sufrí porque quise, lo único que me genera es CULPA.
Sufrimos porque somos seres humanos emocionales. Porque estamos vivos. Porque sentimos. Porque estamos ‘abiertos a’ y no ‘protegiéndonos de’. El sufrimiento, el dolor, forman parte de la vida. Creer lo contrario es un engaño que nos viene engañando desde hace siglos. El sufrimiento empieza cuando te resistes a él. Cuando intentas luchar contra él. Haya aparecido o no. Se puede sufrir PAZíficamente. CONSCIENTEMENTE. Aceptándolo cuando venga. Cuando se haga Presente. Si está, es para algo. Es un maestro más.
No hay nada que te haga sufrir más que el miedo a sufrir. Porque te pasarás la vida huyendo de ‘la vida’. De ti. Y así, no se puede ser ‘uno mismo’.
Es todo un desafío abrirte a SENTIR lo que estás sintiendo, sin etiquetas de ‘negativas’ o ‘positivas’, sin correctos o incorrectos, sin espirituales o no espirituales, cuando casi todos los mensajes que vienen de Fuera es que HAY QUE (obligación) ser felices, valientes, abundantes, sabios, autónomos, independientes, conscientes, la mejor versión bla bla bla para ‘ser felices’, para amar y que nos amen de verdad. ¿Qué presión, no? LLEGAR A SER quien no eres en este momento. Caemos en la misma trampa de siempre (salir del Presente) pero con un nombre diferente. ¿Cómo vas a ser quién no estás siendo? Quizás mañana lo seas. Pero HOY, ¿quién eres?. Es importante el respeto hacia nuestro estado actual de Ser. No se le puede exigir a una crisálida que sea una mariposa. Y nosotros, nos lo hacemos mucho. Queremos volar cuando aún no sabemos ni caminar.
Ser consciente de este tipo de Creencias será lo que nos lleve a ser nosotros mismos. Sin normas. Sin reglas. Sin excusas. Sin mandamientos a seguir. Sin justificaciones. Y ser conscientes no es ‘tener que’ ser consciente sí o sí. Si lo soy bien y si no también. No es lo que tengo que ser, es lo que soy aunque ‘lo que soy’, lo que siento Aquí y Ahora, no sea ‘políticamente, espiritualmente o emocionalmente correcto’. Ésa será nuestra única Verdad. Cada uno, la suya.
Hay una Belleza que está oculta en TODOS, y digo todos, los corazones. Pero para Verla, antes tienes que Ver la tuya. Y para Ver la tuya, antes tienes que escuchar(te) lo que no quieres oír(te). Lo llaman sombras. Hasta que no seas capaz de acercarte a ellas, abrazarlas, aceptarlas y amarlas no podrás sentir la Belleza secreta de los Corazones. Y cuando lo haces, la ‘sombra’ pasa a formar parte de la ‘luz’, y aunque sigas viéndola (en ti o en los demás) dejas de condenarla. O la condenas pero siendo consciente de que esa condena forma parte de tus creencias (que no son ‘tú’).
No sólo percibes las nubes sino también el Sol que hay tras ellas. Ya no hay NECESIDAD de que pasen las nubes y te permites, a TU ritmo y como puedes y sabes, bailar bajo la lluvia.
“El peligro no está en que el Alma dude de si hay algún pan,
sino en que, mintiéndose, se persuada de que no tiene hambre”
-Simone Weil-
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