Este ministro, ex-tertuliano, que vino al gobierno con fama de moderado, hoy supera a los opusdeistas y los legionarios. Desde sus primeros pasos ha demostrado estar instalado en el siglo XIX. Reaccionario y antidiluviano sigue haciendo de las suyas.
Verán ustedes, a mí francamente me importa un pito si hay padres que deciden lleva a sus hijos a colegios segregados por sexo (¡pobres niños!). Allá película. Hay padres para todo. Sin embargo, sí que me fastidia enormemente que esos colegios sean subvencionados y concertados, o sea, pagados con los impuestos de todos.
Según los defensores de esos colegios sectarios ultracatólicos, si no se les subvenciona se les está discriminando. Ya veríamos que dirían si estos colegios fueran islamistas, o si alguien decidiera concertar un colegio donde sólo pueden ir niños rubios, o hermanos siameses. o mediopensionistas.
Es curioso, pero todos sabemos quién está detrás. El hecho de que en Madrid, por ejemplo, haya once colegios concertados que segregan por sexo a sus alumnos, de los cuales nueve son del Opus-Dei, deja la cuestión meridianamente clara.
Bien, pues en dos casos, uno en Andalucía y otro en Cantabria, el Tribunal Supremo ha declarado ilegal subvencionar colegios que segreguen a los alumnos de acuerdo a su sexo. Afortunadamente, de vez en cuando, los Tribunales parecen estar con los tiempos que se viven.
Parece razonable que la convivencia entre los dos sexos desde pequeños –salvo para estos extremistas— sea conveniente y aconsejable, que ayude a la socialización y a conocerse mejor, sin embargo, todavía hoy un sector importante de la Iglesia y de sus seguidores parece que lo asocian a algo pecaminoso y a distintos roles que según ellos deben jugar el hombre y la mujer en la sociedad. Gente de mente sucia y opaca, ellos sabrán por qué.
Bueno, pues ahí esta el ministro Wert que ha salido diciendo que acata la sentencia –¡faltaría más!— pero que si es preciso cambiará la ley para que estos colegios segregadores puedan seguir recibiendo dinero público para su funcionamiento. Un ejemplo de lo que un ministro de este gobierno puede llegar a hacer. Cuando la gran mayoría de colegios son mixtos, cuando la mayoría de la sociedad cree superada la división absurda entre distintos sexos, propia de otros tiempos, resulta que el ministro del ramo sale con éstas. ¡Vaya ejemplar!
Recortando en la enseñanza pública, para sacar dinero para colegios que segregan a los alumnos por sexo. Una maravilla propia del siglo XXI. Y ya que tanto les encanta compararnos con Europa en muchas cosas, podrían decirnos cuántos colegios privados de estas características reciben subvenciones públicas en Francia, o en Alemania, o en el Reino Unido, o en Holanda.
No es de extrañar, que Wert figure en todas las encuestas como el ministro peor valorado. Si llegara, como parece que llegará pronto, una remodelación de gobierno, Wert caerá. Ha sido el más mentiroso, el más tramposo, el que tiene sobre sus espaldas el mérito de cargarse la enseñanza pública, en cantidad y calidad. Ha venido a hacer el trabajo sucio y ha cumplido. Ahora sólo le queda que, cuando sea ex, le den un puestecito en alguna empresa pública como pago de su inapreciable misión. ¡Qué Wertgüenza!
Salud y República