Revista Infancia

No hay quinto malo. ¡Ja!

Por Compritaspeques

nohay5malo Hace unos días os contaba que, debido a un despiste sin importancia, donde debía haber echado gasoil, eché gasolina. Eso sí, sin plomo.

Este hecho despertó una incipiente preocupación en mi hija por la salud mental de su madre que en los últimos días, lejos de disiparse y dado el cariz de los recientes acontecimientos, se ha visto incrementada

El miércoles pasado llevé al mediano de mis hijos a la consulta del médico con cuya enfermera había concertado la cita unos días antes.

A las cuatro y veintitrés en punto -la cita era a las cuatro y media- me presenté en la clínica. Saludé educadamente a la enfermera y le dije: “Tengo cita con el dermatólogo a y media”.

“Imposible”, me respondió. “El dermatólogo está de vacaciones y, además, solo pasa consulta por la mañanas”.

“¡Pero si me dio usted la cita hace dos días!” le dije con un cierto resquemor. Salir de casa par nada a las cuatro de la tarde, con una temperatura de casi cuarenta grados,  merece, cuanto menos, un poco de resquemor.

“¡Que no, que no!” -repitió ella- “Hasta septiembre no vuelve el doctor”.

“Pues qué buenas vacaciones tiene este médico” -pensé- y, a punto estaba yo de pedir el libro de reclamaciones cuando caí en la cuenta de mi metedura de pata…

“Uy, perdone, me he equivocado…”

Cogí al niño y a todo correr -yo corría, el niño se arrastraba pues al médico íbamos precisamente por un dolor en la planta del pie- salimos a la calle en dirección a la otra clínica a la que llegamos con cierto retraso pero en la que, gracias a Dios, sí había un médico esperándonos.

¿Cuáles son las razones de mi despiste permanente? Pues yo creo que hay muchas pero la que predomina estos días es una muy clara: tengo a los tres niños en casa.

Y esto, señoras mías, es la guerra. Yo creo que cuando decidí tener hijos no sopesé las consecuencias. Tengo tres y hay días que me sobran tres y medio.

Por eso admiro con ensimismamiento a las que tienen más. ¡Heroínas!

Una de esas Juanas de Arco es Cristina, una burgalesa que cuando tuvo a su quinto hijo -hija- lejos de achantarse dijo: “no hay quinto malo” y, ¡hala!, le gusto tanto el nombre que decidió crear una marca de ropa de bebé con él.

>Es esa ropa de bebé  que hoy denominamos clásica renovada. O, dicho de otra manera, faldones con cortes algo diferentes, el punto de toda la vida con colores diferentes, cubrepañales estampados… y todo ello en cinco colores: rosa maquillaje, azul grisáceo, berenjena, mostaza y marrón topo.

La web de Cristina todavía está en construcción pero podéis ver sus trabajos a continuación y en su página de Facebook que os enlazo AQUÍ.

Para contactar con NOHAY5MALO podéis llamar al número 615089803 o hacerlo a través de Facebook

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Feliz semana.

jul 29, 2013Compritas para los Peques

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