Un estudio publicado recientemente en el British Medical Journal, y realizado por investigadores de la Universidad de Copenhague, ha puesto, de nuevo, el dedo en la llaga respecto a los anticonceptivos hormonales. De hecho, el informe señala que el parche y el anillo vaginal causan más trombos que las píldoras.
El estudio, que siguió durante una década a 1,6 millones de mujeres de 15 a 49 años, concluye que las que usan anticonceptivos orales con el principio activo levonorgestrel tienen tres veces más riesgo de sufrir trombosis venosas que las que no usan métodos hormonales. Y este riesgo es hasta 7,9 y 6,5 veces superior en las mujeres que emplean parches transdérmicos o anillos vaginales. Y ante la cuestión de que si los riesgos que conllevan los métodos anticonceptivos hormonales son tan elevados como para cuestionar su uso en mujeres sanas, los expertos consideran que no. “Cuando todos tienen muy pocos riesgos, el que menos tiene no es casi de importancia. Entre el 0,01% de problemas y el 0,02%, la diferencia en términos totales es muy pequeña. Es muy raro el problema, aunque uno tenga el doble de riesgo que el otro”, advierte Lorenzo Arribas, médico de familia en el centro de salud del barrio granadino de La Chana y miembro del grupo de la Mujer de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. De hecho, el facultativo establece que la anticoncepción hormonal tiene numerosas ventajas frente a los inconvenientes que puede conllevar. Y en eso también coinciden algunos médicos consultados. Así, Ventura Serrano, de la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia, advierte de que los riesgos de emplear estos métodos son menores que los de no emplearlos. “El trauma psicológico de un aborto, de una interrupción voluntaria de embarazo, supera a los posibles efectos secundarios de los métodos hormonales”, concluye.