Revista Deportes

No hay vergüenza. no hay honor

Publicado el 12 junio 2016 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

Cuando tú le estás pegando bofetadas a un tío, y este se levanta una vez, y otra vez, al final gana el tío”.

Lo que ocurre es que ese “tío” aún no ha ganado y lleva 102 años intentándolo, añadimos. Lleva más golpes que una estera, humillado, sufriendo escarnio, anda muy sonado ya el pobre. Si no se levanta, no podremos divertirnos tanto.

Estos días nos hemos encontrado el vídeo de un programa televisivo, en el que unos béticos se permiten la licencia de arremeter contra el Sevilla FC en temas históricos. Sin pudor y vergüenza alguna, sin documentarlo, y sin demostrarlo.

Extraemos algunas frases del cuento victimista al que nos tienen acostumbrados.


Esto es lo que tiene estar tantas décadas a la sombra de tu único rival, que acabas contándote cuentos a ti mismo, para al final terminar creyéndotelos, para justificar por qué razón nunca han podido superar al Sevilla FC en el palmarés, y en ningún registro estadístico que se precie de serlo.

Muy mal de cash y muy tiesos deben andar en un programa televisivo así, para terminar encontrando unos contertulios béticos tan paupérrimos y tan mal informados, y terminar por no dar credibilidad al espacio televisivo. Unos tertulianos que alegremente se lanzan a expandir los bulos de taberna y tugurio pestilente de toda la vida.

Al señor de pelo blanco, (Soto, nos han dicho que se apellida) decirle que hemos sido unos fascistas verdaderamente terribles, pero en el terreno de juego siempre, nunca fuera. Les hemos dado para el pelo y nos hemos fundido a sus abuelos, a sus padres, y ahora a ellos vil y cruelmente, como han podido comprobar en sus carnes, tanto y tantas veces que aún no han podido levantarse un palmo del suelo a duras penas, a pesar de las décadas que han pasado. Engañan y hacen béticos a sus hijos, sabiendo a ciencia cierta que los nuestros le infligirán el mismo castigo, algo que debería estar castigado en el Código penal como maltrato infantil. Eso sí que es el canon de la canallesca.

El manque pierda es el grito doloroso y desgarrado de quien nunca gana, quizás a veces y puntualmente, como un espejismo, pero que siempre sale escaldado y malherido. El manque pierda no tiene otro sentido más que ese y a la vista están los resultados, y aunque quieran vestir a la mona de seda, mona se queda. Quieren hacernos ver que son mejor afición, pero nosotros solo vemos lo que una cámara de vídeo es capaz de reflejar, la realidad como la vida misma.

La de estos es la respuesta a las humillaciones y escarnios que en los últimos años, como en otros tantos, les hemos infligido en el terreno de juego. Difama que algo quedará. Son los eternos perdedores que necesitarán toda la vida que les queda, hasta el último aliento, y quizás otra más para ver a su Betis al mismo nivel del Sevilla FC. No decimos ya para superarle, y eso sería así si el equipo sevillista desapareciera hoy mismo. Estos del programa de televisión no verán nunca a su Betis por encima del Sevilla FC. Esa es la triste realidad que tienen ante sus ojos, manque no les guste,  las distancias son infinitas e insalvables.

El manque pierda está de ultimísima y rabiosa actualidad estos años, para justificar el ver cómo el equipo blanquirrojo gana una y otra vez títulos internacionales, acaparando audiencias de centenares de millones de espectadores audiovisuales, mientras ellos se esfuerzan en retorcer los números patéticamente, para hacer posible tener unos cuántos miles más de aficionados en su campo de fútbol.

Profundizando un poco en las autenticas barbaridades que balbucean, el señor García Palomeque se atreve a espetar que Ramón Sánchez-Pizjuán fue un alcalde falangista de Sevilla, cuando esto jamás ocurrió. Se permite el lujo de decir que mientras que sus jugadores no tenían permiso en la mili para jugar, los jugadores sevillistas tenían permiso hasta para entrenar.

El señor García Palomeque no sabe realmente lo que es un falangista. Esto es un falangista.

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Un falangista que da el nombre a una plaza en Sevilla, esperamos que se imponga la ley de la Memoria histórica lo antes posible. Sin embargo el susodicho tampoco sabe que su club fue siempre un equipo regido por el estamento militar, y se permitía la licencia de “fichar” grandes  jugadores españoles “a coste cero”, que precisamente hacían el servicio militar, como el fue el caso de Canda, Artola, Balbino, Barzanallana y otros tantos jugadores con los que se reforzó el equipo coronado por su majestad (el rey soldado) allá por los años 20, y hasta muy posteriormente, suponiendo una ventaja sobre el rival. Eso era jugar sucio, señor García Palomeque, y aún así nunca consiguieron nada. Ese es el sino del perdedor y del “manquepierda”.

Apostillaba el señor de pelo blanco, que además el Sevilla FC reforzaba a los equipos contra los que el Betis jugaba en Tercera división, para hacer posible que el Betis no subiese. Sin embargo solo hemos podido constatar este dato con la cesión de dos jugadores al Algeciras durante esos años, y fue a cambio de conseguir a Loren, un grandísimo jugador sevillista de los años 50.

Pero no saben, y si lo saben no lo dicen, que el Betis fue reforzado con jugadores del Real Madrid estando en Tercera División, ante la mirada atónita del resto de participantes de la categoría, ya que su presidente de honor, el capitán general Sáenz de Buruaga, se comprometió a ascender al Betis ante el gran mentor bético, el teniente general Cuesta Monereo, fundador bético e impulsor del golpe en Sevilla junto a Queipo de Llano, ya que Buruaga era al mismo tiempo madridista con influencias importantes.

Todos recuerdan la frase del gran jugador madridista Barinaga, que aterrizó en el Betis curiosamente en Tercera División, para gritar a los cuatro vientos ante Sáenz de Buruaga eso de “…mi general, aquí hemos venido para ascender al Betis”. Y lo consiguieron. Eso sí que fue una cacicada, la verdadera canallesca en definitiva, para todos los equipos de su categoría, que no pudieron protestar por ello.

El Betis fue el equipo del régimen hasta la transición española, en la que necesitaron cambiar y reescribir la historia para subsistir, de hecho escribieron la historia, que para eso fueron los que ganaron la guerra.

No tendrán la vergüenza y el honor necesarios para rectificar. No les veremos decir “nos hemos equivocado”. Nunca pidieron disculpas, ¿las pedirán ahora en igualdad de condiciones en el programa de TV?

Pero en realidad, lo que no nos perdonarán nunca será esto… facistas sevillistas…

PD.- ¿Quién le iba a decir que el señor García Palomeque tendría su momento de gloria en La Palangana Mecánica? ¿Verdad?

Winking smile

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