Revista Política

No instalar refugios antitornado en Oklahoma no es simplemente un fallo del mercado, sino un ejemplo de comportamiento irracional

Publicado el 29 mayo 2013 por Trinitro @trinitro

tornado
Roger hace un análisis de las razones del porqué en Moore (Oklahoma) la mayoría de casas no tenían refugios a pesar de que pocos años antes (en 1999) habían sufrido un tornado terrible.

Coincido en gran parte de su análisis, y sobretodo las conclusiones, en este caso una regulación que obligue la construcción de refugios (igual que en Japón hay normas para que los edificios sean sismoresistentes) tiene beneficios generales y privados (a los propios afectados, aseguradoras) que superan con creces el coste (unos 4.000$ adicionales) de construir los refugios.

Lo que no coincido es la causa que lleva a que la normativa funcione mejor que el mercado. Para Roger es un simple “fallo de mercado” clásico que lleva a que el equilibrio racional sea el no instalar el refugio. Os dejo donde expone las razones para no construir refugios:

Para alguien vendiendo una casa en Oklahoma, sin embargo, un refugio no es algo que puede salvar la vida a tu comprador una vez cada cien años en ese 1% de años con tornados. En su caso es un armatoste de $4,000 medio enterrado en el jardín o un armario de cemento armado en medio de la casa que sube el precio de la vivienda. Sus compradores el 2002 ó 2003 creen sinceramente que no verán un tornado hasta el 2099, más o menos; lo único que ven es que el tipo que vende la misma casa de cuatro habitaciones dos calles más abajo pide $100.000 dólares, y él pide $104.000 (la vivienda en Oklahoma es así de barata, por cierto). La decisión racional, en ausencia de regulación, es vender casas sin refugios.

Discrepo profundamente. La opción racional es construir un refugio, por mucho que el coste sea de 4.000$, y si no se construye no es por un “fallo del mercado” que clásico. No es falta de información de los actores (estos saben que la posibilidad de producirse un tornado destructivo es del 1% anual, el mercado debería tener capacidad para penalizar a los actores que interpretan mal esta información, como de hecho hace, al enviarlos al otro barrio), que la mayor parte no sepan interpretar que un 1% anual no significa que haya un huracán cada 100 años, no implica que las compañías aseguradoras no lo entiendan y les expliquen a sus clientes que su seguro de vida en Oklahoma tiene un coste (nada pequeño) más alto, si no tienen un refugio antitornados, o que incluso los ciudadanos con conocimientos estadísticos en Oklahoma no tengan refugios o les expliquen a sus familiares y personas queridas su error, cosa que no ocurre. Tampoco es un aspecto donde se produzca un equilibrio de Nash entre actores que le aleje del equilibrio de Pareto, donde sea necesario regular para reconducir a ese equilibrio más favorable al conjunto. No hay que regular para evitar externalidades negativas. Es simple y llanamente comportamiento irracional. 

El comportamiento que tendría un actor racional

El comportamiento racional llevaría a construir (o comprar) una vivienda con refugio antitornados en Oklahoma. Hagamos un cálculo racional. Pongamos que quiero comprar/construir/alquilar una vivienda en Oklahoma para vivir unos 10 años, puedo escoger una sin refugio u otra con refugio por 4.000$ más. Esto implica un gasto anual en 400$ para evitar un riesgo. Por un lado está claro.. si opto por la opción A, las pérdidas esperables por mi decisión son de 0$ anuales, si opto por la opción B, las pérdidas esperables son de 400$. Hasta aquí llega el análisis de Roger. Pero el modelo de actor racional contempla que este pueda analizar los costes del riesgo de no construirlo.

Ahora calcularé las pérdidas si ocurre un tornado y se lleva por delante a mi y a alguien de mi familia. ¿Cuanto vale una vida?, es una pregunta complicada de responder, para el que la pierde o sus familiares el precio es infinito, pero en ocasiones es bueno calcularlo en el plano monetario (dejaré el plano emocional de la pérdida de alguien querido o de cuando valoramos nuestra propia vida).

Modelizaré con pérdidas a la baja, imaginemos que si no tengo refugio en casa y un tornado en 10 minutos va a alcanzar mi vivienda, seguramente 1 de los 2 miembros adultos de la familia termine palmando, lo más probable es que el familiar lesionado le haya golpeado una vaca voladora teniendo unas pérdidas esperadas de los ingresos  que ganaba.

El cálculo de pérdida esperada es fácil en este caso, tienes un 1% anual de perder todos los ingresos futuros que produce uno de los miembros productivos de la familia. Supongamos que cada miembro productivo cobra el sueldo medio-bajo USA (unos 50.000$ anuales) y que aún tiene unos 20 años productivos (rondan los 40 años).

La pérdida esperada anual es fácil entonces de calcular, unos 10.000$ anuales (un 1% anual de perder 1 millón de $ que es la ganancia esperada durante el resto de la vida productiva de uno de los miembros), que superan con creces los 400$ anuales de instalar o comprar una vivienda con un refugio antitornados. No incluyo las pérdidas materiales, no puedes proteger la vivienda entera contra los tornados, ni tu vehículo, ni una cosechadora, las perderas independientemente de que tengas un refugio o no.

Solo las personas con una esperanza de vida muy corta y unas ganancias económicas pequeñas, su decisión racional es no construir un refugio antitornados.

No es un fallo de mercado clásico sino comportamiento irracional a la hora de valorar los riesgos

Sigo de acuerdo con Roger en que las normativas corrigen en este caso un comportamiento antieconómico que tienen los actores (racionales). Lo que discrepo es que sean racionales.

A pesar de que el cálculo racional lleva inevitablemente a considerar la construcción de un refugio antitornados en Oklahoma, no se construyen. ¿Porqué?. Pues porqué el modelo de actor racional es insuficiente para describir el comportamiento de las personas cuando han de valorar riesgos futuros. Minusvaloramos riesgos más probables (y si son periódicos aún más) pero difusos (por ejemplo los accidentes de tránsito, o los riesgos de inundación en rieras en pueblos de costa) que otros riesgos más improbables pero que aparentemente son más atroces (por ejemplo que nos debore un tiburón o morir en un atentado terrorista).

Seguramente los habitantes de Oklahoma están más que dispuestos a que cientos de $ de sus impuestos se hayan destinado a combatir el terrorismo global en Irak, Afganistán o en las fronteras interiores de los USA, a pesar de que la probabilidad de morir o sufrir un atentado terrorista es realmente ínfima. Los mismos habitantes de USA al decidir abandonar durante unos meses el avión para optar por el coche después del 11S provocaron más muertes evitables por accidente de tránsito que las producidas en los atentados.

Los habitantes de Oklahoma, a pesar de que el comportamiento racional les llevaría a instalar refugios antitornado, es su comportamiento irracional el que les lleva a infravalorar el riesgo, no invertir en estos, y depender de que una regulación les obligue a aplicar lo que es bueno para ellos a pesar de sus preferencias reveladas. Como decía hace algunos días, este es un comportamiento irracional sistemático y en la misma dirección en los que la economía conductual nos puede ayudar.


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