Revista Opinión
No les importaría pactar con el diablo
Publicado el 14 octubre 2014 por José Ignacio Dionisio De La Torre @JoseIDionisioJulio Anguita, ese célebre y venerado desde la izquierda político, nunca dejó la política aunque sí su pensión -le honra por supuesto-, y clara muestra de su actividad política y de su sabiduría es la tarea de enlace que desarrolla en temas de mantenimiento de posiciones de su amada Izquierda Unida.
Los escándalos de esta formación dan para llenar un libro de varios temas, desde la inutilidad hasta lo ridículo, pasando como no por el "chorizeo" y el "coleguismo" político. La irrupción de Podemos como alternativa real y potente a este tipo de cansinos de izquierda, han hecho que busquen aire en cualquier lugar como pez fuera de agua extenuado y boqueando hacia su final, y ahora, se arriman a una alternatica como Ganemos intentado por todos los medios agotar el último cartucho que les queda para al menos colocar a sus cabezas de cartel y posteriormene pudrir de nuevo que es lo que mejor se les da.
IU es la mejor y más rastrera muestra del vividor político cueste lo que cueste, y ahora tras varias décadas, se les enciende la bombilla del aglutinamiento de ideas y son los mayores defensores del sumar grupos a la izquierda. ¿Es qué no han tenido tiempo? no, es que no les ha hecho falta esforzarse lo más mínimo para vivir del cuento y seguir acudiendo a esos plenos preparados y gobernados a base de pactos para repartirse el pastel, y es ahora cuando les ven las orejas al lobo y comienzan a querer parecer los "más mejores del mundo mundial".
El señor Julio Anguita no se distingue precisamente por ser un "despistado" en cuanto al movimiento de fichas políticas y posterior beneficio se refiere, y su Frente Cívico "Somos Mayoría" no era más que la creación de un grupo de personas descontentas con su anterior partido a las que engaña para meses más tarde volver a unir a IU.
Y es que a este tipo de gentuza que solo saben vivir de los aférrimos de izquierda, y meter la mano en connivencia con UGT y CCOO, no les importaría pactar con el diablo.