O DE LA INDUCCIÓN A PRENDER UNA HOGUERA CON LAS AIR JORDAN
Es fácilmente colegible del título, que la obra supone un alegato en contra de las grandes marcas transnacionales, se centra sobre todo en Nike, pero también Disney, McDonalds, Starbucks, GAP o WallMart son puestos bajo la lupa de Naomi, que es capaz de darnos una visión de lo que existe más allá del producto que adquirimos en cualquier superficie.
Ahora si extrapolais a nuestro país y haceis el cambio por Repsol, Zara y compañía, os dareis cuenta que la globalización, en su vertiente más nefasta, ha llevado la madre del cordero de los beneficios desmedidos y sin escrupulos a todos los rincones.
La estrategia que siguen estas grandes corporaciones es la siguiente:
- Deslocalización del tejido productivo. Un rápido vistazo al guardaropa, permitirá caer en la cuenta de que nos hemos convertido en los consumidores más fidelizados de países cómo China, Filipinas, Pakistan y un largo etc. La producción en pseudo fábricas localizadas en esto países en vías de desarrollo (vías bien torcidas) ni siquiera pertenecen a las grandes multinacionales, sino que son pasto de las subcontratas, que bajo el mayoral de cómodos despachos occidentales, consiguen “estimular” la producción, manteniendo los bajos costes.
- Dejar de existir cómo productores y convertirse en marca, con unos valores anexados a ella. No se trata de llevar unas zapatillas deportivas o de tomar un simple capuccino, sino de vivir una experiencia Nike o Starbuks.
- El producto, las materias primas y por supuesto, los trabajadores, son un lastre. El dinero deberá ir dirigido a crear la marca, no a pagar salarios dignos ( ni siquiera a los pocos trabajadores que mantienen en el primer mundo). El % que representa el salario en un artículo textil nunca supera el 5%.
- Omnipresencia. Cuan Jesuscristos de nuevo cuño, el objetivo de la marca es que vivamos en ella, integrarse en nuestra cultura (patrocinando eventos deportivos o de cualquier otra clase, que den al logo el valor añadido que interese en cada caso).
Si pensais que la ingente cantidad de publicidad que recibimos cada día no nos afecta, explicadme ¿cómo han sido capaces de conseguir incluir sus logos en nuestras sudaderas y camisetas? (os reto a que encontreis alguna que no los lleve). Nos hemos convertido de forma voluntaria en hombres y mujeres anuncio, siendo un logro más admirable si cabe que portar esos logos provoca aceptación, envidia, reconocimiento social según los casos.
PATROCINANDO NUESTROS PAISAJES
Decidme entonces, ¿porqué vuestros hijos solo quieren comprar ropa “de marca”?. ¿Cómo es posible que nos dicten lo que es moda y lo que no? y más aún, que sea reprobable no seguirla.
¿Acaso no están siendo capaces de vendernos ropa para el invierno, fina como papel de fumar, simplemente por que es “bonita”?
Tal es el calado del actual modelo productivo que se torna extremadamente complicado poder adquirir prendas “alternativas”, no obstante, aquí os dejo el manifiesto de la campaña ROPA LIMPIA, que espero, pueda arrojar algo de luz a este problema.
¿En verdad os creeis consumidores libres?