Revista Sociedad
La comunidad dominicana en España está de luto por la muerte de la joven de 17 años, Avellaneda Núñez, que había desaparecido sin dejar rastro desde el pasado día 11. Ayer su cadáver fue encontrado cerca de donde residía y será sepultado este viernes o el sábado, para que su padre que reside en Puerto Plata, en el norte de República Dominicana, pueda venir a darle el último adiós. No sé qué vamos hacer con los hombres que no entienden que las mujeres no somos de su propiedad. Hay que luchar con fuerza en contra de la “lacra social” que son los asesinos de mujeres. No podemos permitir que sigan ocurriendo estos casos. Algo falta en el ser humano. No sé qué pasa con nuestros jóvenes. Hay que trabajar más con el interior del ser humano en base al respeto, para que vayan creciendo hombres y mujeres de buenos valores, incapaces de matar ni maltratar a ninguna persona, y con verdadero respeto a sus congéneres y a la justicia. Avellaneda, que vivía con su familia en Collado Villalba, en la comunidad de Madrid, se ha ido a destiempo; sus padres ya no podrán abrazarla ni decirle cuanto la quiere, sus familiares en Santo Domingo, entre ellos su padre, no volverán a ver su rostro; sus amigos y amigas no podrán reírse con ella, tampoco bailar, hablar…ni divertirse; un asiento se queda vacío en el instituto donde terminaba sus estudios, están de luto, Todos/as lloramos por ella. Su asesino, un colombiano de 22 años de edad, ya está preso, confesó el delito y por ello dieron con el cuerpo sin vida de la adolescente. Las autoridades tienen que cumplir con su deber y hacer que personas como estas no formen parte de la sociedad. La muerte de un ser querido deja un dolor intenso, un dolor que sólo con el pasar de los años se minimiza, pero que aunque se aprende a vivir con él, jamás deja de existir porque el recuerdo, la imagen de la persona que se ha ido, y más si es de esta forma, se queda perenne en la memoria de todos los que la conocieron. Con Avellaneda ya van 59 mujeres asesinadas en España. Paz a los restos de Avellaneda Núñez, fortaleza a sus familiares para poder soportar esta pérdida tan irreparable. ¡No al machismo! ¡No a la violencia de género!