"No me gusta como soy", éste es el título del libro que hoy destacamos. Un libro perfecto para abordar no sólo los complejos infantiles, de los que hablamos en un post dedicado a ellos en este mismo blog, sino también para hablar de lo que nos hace únicos, diferentes y especiales.
Sobre "No me gusta como soy"
"No me gusta como soy" escrito por Alma Brami, ilustrado por Amélie Graux y editado en por Editorial Tramuntana es un álbum bella y delicadamente ilustrado con el que la autora se estrena en el mundo de la literatura infantil.
En él nos cuenta desde el punto de vista de una niña casi preadolescente los detalles de su cuerpo que no le gustan y le preocupan: su nariz, su pelo, sus brazos, ... Ella quisiera ser como su mejor amiga: rubia, alta y delgada. Estereotipos de belleza femenina usados con demasiada frecuencia que calan profundamente en nuestras hijas. Estereotipos que incluso las muñecas reflejan. No hay más que recordar la más famosa de todas ellas, ya sabéis de quién hablo ¿verdad? Alta, rubia y extremadamente delgada.
Pero nuestra protagonista es una niña normal, con una belleza natural que debe aprender a valorar, del mismo modo que lo hacen los demás: su madre, su mejor amiga, otros niños de su clase y sobre todo para Tomás.
No me gusta como soy nos permitirá reflexionar con nuestros hijos sobre la belleza, sobre la importancia de nuestras cualidades físicas y sobre todo abordar los complejos que empiezan a surgir a partir de la preadolescencia y la importancia de tener una buena y sana autoestima.
¿Qué hacer si nuestro hijo empieza a tener complejos?
Los complejos aprecen por varias razones y, podríamos decir que, es bastante normal y muy frecuente sentirse acomplejado por algún aspecto físico o de nuestra personalidad tanto en adultos como en niños.
Lo más habitual es que nos encontremos con un niño o niña que presenta alguna pequeña diferencia con el resto de niños que conforman sus grupo de iguales. Por ejemplo, una diferencia física que no tiene porqué ser desagradable como llevar gafas puede acabar siendo un problema.
Sea cual sea el tipo de complejo que atormenta a nuestros pequeños debemos tener presente que todos acaban haciendo mella en su autoestima. Los padres debemos actuar y corregir, en la medida que sea posible, las posibles diferencias que distinguen a nuestro hijo negativamente del resto del grupo si bien lo mejor que podemos hacer será dotarle de buenas estrategias para enfrentarse a los ataques que provengan de los demás. Recordemos que este tipo de diferencias les hacen más vulnerables al bullying.
¿Cómo actuar ante los complejos de nuestros hijos e hijas?
Para que los complejos no se conviertan en verdaderos problemas y que acaben por afectar emocional y psicológicamente a nuestros hijos, debemos ser capaces de reforzar las habilidades y virtudes de nuestros pequeños.
Sabemos bien que los niños con alguna característica física que le diferencia del resto (llevar gafas, ser más flaco o más gordo, ser muy alto o muy bajo, etc...) suelen ser un blanco fácil para las burlas de los demás. Por ello también debe aprender a defenderse de los ataques de los demás, debe aprender estrategias, habilidades sociales para llevarse bien con sus compañeros de clase, debe aprender a dialogar y cooperar con los demás. Habilidades que evitaran en gran medida que los compañeros sientan ganas de meterse con él si lo consideran un amigo que propone actividades, juegos o soluciones a los problemas de grupo.