Revista Opinión

No me gusta la política

Publicado el 10 abril 2018 por Carlosgu82

   “No me gusta la política”, ¿cuántas veces habremos escuchado esas palabras? Siempre he creído que las personas que afirman tal cosa no comprenden la magnitud que gobierna una palabra como política. Algunos capaz cometan el error de confudirla con la política partidaria, porque nadie te dice: “no me gusta la política partidaria”. La palabra siempre aparece sola, el error que considero que cometen estas personas va más allá de la frase del historiador británico, Arnold J. Toynbee: “El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan.” Si nos disponemos a pensar, la política gobierna todo: la salud, la educación, los medios, las empresas, la inflación, los transportes públicos; etc. Es a partir de decisiones políticas que todo funciona, de manera correcta o no. No podemos encasillarla en una frase y menos como la que empezó este texto.

Ahora quiero concentrarme en el mercado laboral. Si una empresa extranjera se instala aquí es porque el Estado se lo permitió, la idea es que la empresa contrate gente dentro y no fuera del país. Pero esa es una cuestión que debe arreglarse entre los empresarios y el Gobierno Nacional. Ahora bien, quiero hablar de trabajo con el propósito de comentar algo que me inquieta desde hace años. Una cuestión que me han compartido no uno, sino varios conocidos que conciben a la política como un germen, una infección o un monstruo al que no quieren enfrentar. Pero sí, he insistido y les he llegado hacer escupir algunas palabras: “Mientras no me afecté a mí”, esa es otra frase que considero absurda. No sé que pensarán ustedes, pero que alguien me diga: “mientras el gobierno no me moleste a mí, yo seguiré trabajando”, me produce un profundo rechazo. Como si las decisiones políticas no afectarán el mercado laboral. Incluso cuando se decide aumentar impuestos, el sueldo del trabajador empieza a valer cada vez menos. Pero esperen, al plantear esta cuestión me han sabido responder: “Pues, trabajaré más” No digo que trabajar más nos ocasionará una enfermedad incurable, pero trabajar por más horas y que sigan pagandote una miseria es ser un esclavo del capitalismo, del gobierno y sobre todo no aspirar a ningún tipo de libertad. Hablo de la libertad de tener vacaciones, de encontrar un momento para hacer lo que uno disfruta. Pero no sé, realmente no sé que decir sobre comentarios como estos, más que me indignan. No todo es trabajo, no todo es vacaciones; pero todo es vida. Cabe preguntar a los antipolíticos: ¿Quieren pasar sus vidas siendo esclavos?


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