No
me gusta que un grupo de individuos, grandes como armarios, amedrenten y rompan
la cerradura o puerta de una vivienda y empujen y echen a la calle a sus
moradores, sean adultos, niños o ancianos.
No
me gusta que ese grupo de individuos metan miedo con sus gritos, y ademanes, protegidos
con grandes botas y trajes especiales, y además porten armas, mientras un grupo
de otros cuantos individuos más del mismo tipo les esperan en la calle empujando
a todos aquellos otros ciudadanos que miran el drama con pena o lloran con
quienes son echados de sus viviendas, sean jóvenes o ancianos.
No
me gusta la violencia que ejercen los poderosos, los banqueros, los desalmados,
sin conciencia, marrulleros, estafadores, corruptos… que echan a la gente de
sus hogares ¡Para luego dejar las casas vacías! abandonadas, sin atender siquiera
el pago de comunidad vecinal, ni impuestos, solo para sumarlas a los varios
millones de casas vacías que hay en España.
No
me gustan aquellos que estando sobrados de todo, ejercen la violencia sobre el Estado
y la ciudadanía aplastando derechos, subiendo precios mientras los trabajadores
bajan sus rentas, evadiendo capitales, ocultando impuesto al fisco, chantajeando
a Gobiernos para que los ayuden asumiendo sus pérdidas, robando patrimonio
acumulado por el conjunto de españoles –lo público-, o para saltarse las leyes –las
europeas lo son también para los españoles, de acuerdo con los tratados
firmados- y que el Gobierno de cualquier administración española debería respetar
y hacer cumplir por aquellos tíos grandes como armarios que empujan a los
débiles.
No
me gusta la violencia de los banqueros y sus amigos que engañaron y
estafaron a centenares de miles de personas, a unos con hipotecas claramente mal
concedidas, saltándose todos los criterios habitualmente utilizados hasta
entonces en España sobre análisis de riesgos y ahora no asuman ni paguen su
error. No me gusta que banqueros en activo o retirados con grandes sueldos, extras
multimillonarias… engañaran a cientos de miles de personas con productos
financieros que les robaron el dinero ¡¡¡Y el Gobierno y la poli persiguen y
empujan… a las víctimas!!!
No
me gusta la violencia de aquellos que habiendo hundido España, o sea, a los
españoles, ahora nos obliguen a darles todo lo que tenemos para que ellos
puedan salvar sus millones en las cuentas de paraísos fiscales. Y nos obligan, con
su violencia, apoyada en los medios coactivos del Estado cuyo Gobierno debería
defender a los españoles contra esta panda de corruptos, estafadores, violentos…
a los que debería echar de sus hogares, quitarles casas y cuentas con las que pagaran
sus deudas y no cargarlas al Estado y obligarnos a nosotros a que las paguemos
con nuestros impuestos.
Me
parece terrible y de una tremenda desfachatez que responsables públicos, como
la Delegada del Gobierno del PP en Madrid Sra. Cifuentes, identifiquen a ETA y su mundo, sus tácticas, -estrategias y
objetivos estaban relacionados con su
lucha por la independencia y no con los intereses inmediatos de los ciudadanos-
que servidores públicos quieran confundirlos con ciudadanos desvalidos, los que
han sido echados de su hogar, sin comida, sin trabajo, sin futuro obligado por
la deuda a seguir con la hipoteca de por vida… confundirlos con los que se
rebelan contra las injusticias, de pagar un 25% de intereses, por ejemplo. Máxime cuando las empresas en
quiebra entregan lo que tienen, la prenda, y quedan libres de por vida.
Me
parece una injusticia monumental –que puede incitar a la violencia- que debería
llevarles a la calle, con patada en el culo, dimitidos, echados, por ser tan irresponsables
políticamente, tan brutos y obtusos, que para intentar desprestigiar a decenas
de miles de ciudadanos que se quejan humildemente de su ruina después de 5
largos años de crisis sin que se haya producido un estallido social, todavía, que están en la miseria y luchan por malvivir, y por
su dignidad. Error inmenso que los identifiquen con los etarras, están metiendo
la pata hasta el fondo, porque embellece a ETA justificándola ante la sociedad.
Los ciudadanos que luchan contra la injusticia declarada de los desahucios, no
asesinan, no secuestran, no están armados y organizados clandestinamente, no
tienen relaciones con organizaciones terroristas internacionales, ni extorsionan
a empresas para sacar pasta que sirva a sus actividades…
No,
no me lo han contado. Lo he visto, como otra mucha gente.
PD.
Después, bastante después, mucho después, en otra situación podríamos discutir
si los tertulianos televisivos tienen alguna razón para sentir pena por
aquellos de sus amigos a quienes las víctimas piden ayuda desesperadamente.
El 15 DE
MAYO DE 2012, escribí: Homenaje al 15-M. Desahucios, buen trabajo