Going way back into time…
Baobab, el gran árbol africano
Me he quedado patidifusa a la par que ojiplática porque ha llegado a mis ojos (a mis ojos, sí; no a mis oídos. Es lo que tiene la vida 2.0) una noticia que me ha sorprendido y cabreado, a partes iguales. O igual me ha cabreado más que me ha sorprendido… ¡oye, mira, que no lo sé!
Te lo voy a explicar, para que… bueno, para desahogarme, que llevo desde el viernes pasado dándole vueltas a esto. Y yo necesito escupir las cosas que me queman la sangre, que si no, me las quedo dentro y me sientan fatal.
Resulta que, desde una lista de correo en la que participo, una persona envía un mensaje diciendo que alguien de su entorno había estado hablando con una persona negra, integrante de una asociación de africanos afincados en España desde hace muchos años, y le explicaba lo siguiente:
“A los africanos que viven aquí no les gusta nada que les llamen negros, porque ellos no son negros. Son afro.”
La primera, en la frente. Me quedé cuajada cuando lo leí. Pero bueno, éste sólo era el primero de una serie de catastróficas desdichas… no, espera: ése era Lemony Snicket. La cosa seguía tal que así: desde esta asociación sostienen que el uso de la palabra negro tiene connotaciones despectivas, porque generalmente se usa en tono peyorativo. Que somos la única “etnia” a la que se la llama por su color. Y que tienen amistades en Inglaterra, y que por allí a nadie se le ocurriría llamarles “black“; que se les llama “afro” o “afroamericanos“. Y que estaban llevando a cabo una campaña de sensibilización, pese a que eran conscientes de que un trabajo a nivel global es difícil.
Estuve dando vueltas y vueltas y, cuantas más vueltas le daba, más mala leche me entraba. Voy a intentar explicar, pausada y reposadamente (no prometo nada, porque el tema me crispa bastante) por qué esto me rechina tanto, aunque creo que es obvio:
- Soy negra. Y no tengo ningún problema en que me lo llamen, porque lo soy.
- ¿Cómo se atreven a generalizar de esa manera? ¿Que a los negros nos molesta que nos llamen negros? ¿Quien los ha designado representantes de todo los africanos (o descendientes de ídem) que vivimos en España? Si ellos, como colectivo, no se sienten a gusto con el empleo del término negro, ok, pero que no se atrevan a extrapolar. Generalizar es siempre equivocarse.
- ¿Que decir negro es despectivo? No veo que lo sea más que decir gordo, calvo, ciego o cojo. Sustituir negro por afro me parece un eufemismo más.
No se vayan todavía; aún hay más, como decía Super Ratón.
Vamos a ver, ¿llamar afroamericanos a los negros que viven en Inglaterra? Menudo disparate. Si viven en Inglaterra, lo de americanos no procede. El hecho es simple. Y luego, ¿de dónde ha sacado esta gente que decir “black” es ofensivo? Eso no es verdad. Lo que es ofensivo, en inglés, es la palabra negro, nigga, nigger. Eso sí es ofensivo; en cambio ¡black no lo es! Si lo fuera:
- Por qué James Brown iba a cantar “Say it loud! I’m black and I’m proud“?
- Por qué una poetisa anónima escribiría el maravilloso poema “What if I am a black woman“? por favor, mira bien el vídeo. Creo que ninguna de las mujeres negras del público tiene problemas en reconocerse como “a black woman”.
- Por qué Angie Stone cantaría “Brotha“?
Todo esto me tiene en zozobra, navegando entre una mezcla de sentimientos, todos negativos, la verdad. Siento ira, siento mucha ira. No entiendo cómo este grupo de africanos que, desde mi punto de vista, se avergüenzan de serlo, se atreven a generalizar. ¿Que por qué creo que se avergüenzan? Porque no parece que puedan tratar el tema del color de su piel con naturalidad, nombrándolo tal cual es. Volvemos al tema de la aceptación, de la que hablé la semana pasada No, Señores Afro, a mí no me representan. Por ese aro no pienso pasar.
Siento rabia. Todo ese camino que yo he recorrido y que contaba aquí la semana pasada; toda esa seguridad en mí misma que me ha costado acopiar; todos esos obstáculos que he vencido hasta sentirme orgullosa de lo que ser negra significa para mí (y para muchos como yo), ¿dónde queda? Toda esa tarea ardua de normalización que muchos, antes que yo, han llevado a cabo… para dar ahora un paso atrás. Me parece muy surrealista, a la par que… ¿bizarro? Sí.
Otra cosa que me preocupa es que, con esa pretendida campaña de concienciación, la gente se vaya a confundir, y se vaya a creer esto. Si el resto de personas que participan en esa lista en la que se recibió este mensaje lo dieron por bueno hasta que yo lo refuté, ¿qué hay de toda esa gente a la que lleguen con este mensaje? Me parece que se están equivocando. Que nadie piense que esto es cierto.
La de gente que va a volver a tener miedo a ofender, a insultar. Ser negro no es un insulto. Es algo de lo que estar tan orgulloso como de cualquier otra cosa. Es que lo único que me parece es que esta supuesta campaña de concienciación tira por la borda e infravalora años de lucha, de sacrificio.
Con lo que cuesta que a algunas personas, temerosas y que pretenden ser políticamente correctos, se les saque de la cabeza que “negro” es un insulto, ahora vienen un grupo de negros a darles la razón… esto constituye un paso atrás, sin duda. Es volver a ocultar, a usar el eufemismo por miedo al tabú.
Yo estoy orgullosa de ser negra, y no me avergüenza que me lo llamen, repito. Porque lo soy. Y no hay más cera que la que arde.
Imagen de www.cocoalounge.com