Revista Opinión

No me pidas que te olvide

Publicado el 05 febrero 2020 por Carlosgu82

Amor, eres mi ángel particular, mi príncipe azul, mi niño adorado, mi único amor, mi razón para existir.

Por eso estoy aquí, de rodillas, con tu imagen adorada en mis pensamientos, sabiendo que significas todo para mí; con el brillo de tus ojos reflejado en los míos que ahora lloran por tu indiferencia cruel. Mis lagrimas caen sobre el suelo árido de mi existencia; levanto la vista y miro al cielo, al profundo espacio, más allá de todo, en esta noche en que siento que mi alma se deshace y mi corazón se desangra; y en un último intento recurro a expresártelo. Por favor, escúchame.

A veces cuando paseo veo parejas caminando cogidas de la mano y se me hace un nudo en la garganta al pensar que podíamos ser nosotros. La mujer más feliz de la tierra sería, si hubiera tenido la dicha de tenerte conmigo. Pero me doy cuenta de que no te tengo, que no me quieres y se me escapan las lagrimas.

¿Por qué, mi vida?, ¿por qué no me amas? Y no me importa que esto suene como una súplica patética y desesperada. Lo es, y no es justo, no es justo que me separes así de ti.

Pero lo que más tristeza me da es que ni siquiera puedo reclamarte nada. Me siento tan impotente, solo puedo llorar, sabiendo que no me amas, y que jamás voy a poder besarte. Todos tus besos me lo robó ella. Esa mujer sibilina que fue más hábil, más lista, más afortunada que yo. Porque ella supo darte lo que yo no he tenido la oportunidad de ofrecerte.

Aún así no quiero olvidarte. No puedo y no quiero. ¿Cómo voy a olvidar a quien cambió mi forma de ver la vida? ¿Cómo olvidar a quien me enseñó el verdadero amor? ¿Cómo olvidar a quien me llenó de pasión? No. No quiero olvidarte, no lo haré nunca. No me lo prohíbas. No te atrevas a ello. Porque eso sí que no te lo consiento.


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