Me alborotas, me desquicias. Me alegras y me atrapas.
Me seduces, me dominas. Me detienes y me lanzas.
Me silencias, me estremeces. Me ocupas y me abrazas.
Me compones, me encantas. Me apabullas y me calmas.
Me armonizas, me destapas. Me guías y me entrampas.
Me describes, me arrebatas. Me arrasas y decantas.
Me escribes, me trazas. Me subes y me bajas.
Me tienes, me detienes. Me hechizas y me alcanzas.
Me erizas, sin prisas, me intrigas, me alivias.
Para, no me toques las palmas, que preciso de esa chispa para lanzar todo y viajar en tus pupilas.
Que me digo y contradigo, que me vuelo, que me aviento, que te sigo que maldigo, que me vuelvo tu enemigo.
Basta, ya no me toques más las palmas.
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