¡Hola a tod@s!
Después de dos meses sin publicar, creo que me salió una entrada que da lugar a confusionesEn primer lugar, a mí nadie me dice que tengo o no que leer.
- El problema es mío: me había puesto una meta (175 libros) y creo que no la voy a conseguir.
- Respecto a las editoriales: empecé a colaborar con una que me envió dos libros y cuando reseñé el primero y les envié el post, desaparecí para ellos (posiblemente porque no escribí lo que ellos querían que escribiera, y eso que lo suavicé porque eliott me dijo que no fuese tan dura). Siempre he comprado mis libros, así que no los echo de menos en absoluto. Mi presupuesto para leer, afortunadamente, sigue siendo el mismo.
- Después de esta aclaración, solamente me queda daros las gracias por haberme entendido, porque muchos habéis pasado lo mismo que yo, mi agradecimiento sin límites por estar ahí y que, como ya comenté en Twitter, ¡¡¡¡SOIS ÚNICOS!!!!
Esto es solamente una aclaración a la entrada de hace unos días, porque hoy, realmente, vengo calentita.
He leído en Facebook que una autora, con la que tengo una relación que espero que se vaya afianzando con el tiempo, porque me parece una “tía extraordinaria” ha comentado que hoy se ha encontrado con dos opiniones negativas de una de sus novelas. Que conste que a mí esa obra en cuestión no me gustó mucho, posiblemente porque no es mi estilo.
Pero sí quería hablar de algo, porque, como bien dice el título que encabeza este post, ESTOY HASTA LOS HUEVOS, de las zancadillas, de las malas artes, de las puñaladas traperas y de pisotear al de al lado con tal de trepar.
Cuando aún tenía el blog prohibido al público, conocí, por accidente, la obra de Eva García Saénz, la autora de La saga de los longevos. Ella es la única, creo, que no ha entrado en grupos para promocionarse. Se lo ha guisado y se lo ha comido ella solita. Y su obra sigue siendo un éxito de ventas en una gran editorial.
El resto de autores “indies” han fichado por una editorial que, a mi entender, en más grande que la que fichó a Eva (aunque esa editorial me tenga vetada), pero que publicita a sus autores “menos tres”. Debe pensarse que los autores extranjeros son más grandes que los nuestros y, en eso, está bastante equivocada.
A lo que iba. Esa editorial ha fichado a autores buenos, regulares y malos (o muy malos). Autores a los que nos les importa pisar al de al lado con tal de subir; algunos, incluso, se atreven a hacer un montón de kilómetros con tal de salir en un telediario porque una noticia está de moda; o el que se promociona como finalista de un premio (algo que, a mi entender, le resta credibilidad), cuando en ese premio en cuestión o se gana o se es segundo, pero ser finalista no te da opción a nada. Autores que, por ejemplo, después de reseñarles dos libros (que había pagado yo) con una nota muy buena, no soportan que les digas que su tercera obra no está a la altura; u otros que, a pesar de darles un 9,5 en una obra suya, se atreven a ponerte a parir porque les parece poco (¿qué quiere, que le ponga unos festones y unas jaretitas?).
Pero los que siguen siendo anónimos, se unen en grupos para hacerse promoción unos a otros. Pero, en la mayoría de los casos, esta promoción no es sincera. Muchos de ellos se apoyan en los que son más conocidos, o tienen “más tirón” en las redes sociales, para darse a conocer, pero, por detrás, “muerden la mano que les da de comer”.
Estoy harta de que escritoras a las que adoro estén siendo boicoteadas con comentarios en las plataformas donde venden sus libros. No son lectores anónimos, porque nosotros no escribimos así. Esos comentarios solamente pueden venir de compañeros de profesión, a los que les corroe la envidia y no pueden soportar como ellas triunfan y ellos no. ¿Se han planteado que a lo mejor es porque son malos y no llegan al lector?.
Según dicen, la envidia es el deporte nacional en este país. Pero jamás hubiese pensado, antes de entrar en este mundillo, que aquí también sucediera lo mismo. Por favor, trolls de la literatura, dejad en paz a los buenos escritores y dedicaros a lo vuestro. Si sois incapaces de escribir algo bueno y que emocione el corazón del lector, hacer petit point o crochet, pero no nos toquéis más los huevos, ni a los autores ni a los que los leemos. Antonia Romero, Antonia J. Corrales o Marta Querol, por poner solamente algunos ejemplos, han triunfado por méritos propios. Si vosotros no valéis, dejadnos en paz, porque los que leemos no somos tontos, tenemos criterio.
Sé que con este post levantaré muchas ampollas. Me da absolutamente igual, porque no le debo nada a nadie. Hay montones de autores esperando que les den su oportunidad en papel (así, a bote pronto, Félix Jaime, Mª José Moreno, Sara Ventas o Gabri Ródenas, por citar solo a algunos) y otros publicados que no valen ni para limpiar las suelas de los zapatos de estos escritores. Las editoriales son las que apuestan su dinero y las que hacen lo que les da la real de la gana. Pero los lectores somos los que tenemos la última palabra y todo el derecho a opinar.
Resumiendo: terroristas de la literatura, por favor ¡dejádnos en paz! Estamos muy mayores para vuestros malos consejos y para vuestras peores recomendaciones. Si lo vuestro no es escribir, porque está claro que no lo es, dedicaros a otros menesteres, pero dejadnos de tocar los huevos, que ya los tenemos, por lo menos yo, a punto de reventar.
Esto no es Vettel contra Webber, en el que el propio equipo putea a uno de los suyos. Debe ser una competición limpia: el que “sea mejor piloto” llegará el primero a la meta, o subirá el podio. Los demás…. dedicaros a otra cosa, porque ni sois escritores ni nada que se le parezca.
P.S.: el que se de por aludido, será bienvenido, pero ojito…. porque no publicaré comentarios ofensivos. Como dice el refrán: el que se pica, ajos mastica…
Y, repitiéndome: los buenos permanecerán. Los malos escritores, que, además, son malas personas, dormirán el sueño de los... envidiosos.