Revista Cine

No mires para abajo (Eliseo Subiela, 2.008)

Publicado el 25 septiembre 2010 por Rugoleor @rugoleor

Título original: No mires para abajo

Director: Eliseo Subiela

Guionista: Eliseo Subiela

Intérpretes: Leandro Stivelman

  Antonella Costa

  Hugo Arana

  Mónica Galán

  Octavio Borro

  María Elena Ruas

Productor: Daniel Pensa

Fotografía: Sol Lopatin

Música: Pedro Aznar

Montaje: Marcela Sáenz

Nacionalidad: Argemtina

  Francia

Año: 2.008

Duración: 80 minutos

Edad: 13 años

Género: Drama, Romántica

Distribuidora: Karma Films, S. L.

Estreno: 17-07-2.009

Página WEB: Web Oficial de la película en España

  Web Oficial de la distribuidora en España

  Tráiler de la película en YouTube

Calificación:

Crítica: 5,269 Espectadores: 10.338

Vizcaya: 5,488 Recaudación: 60.452,46 €

España:   Puntos (Popularidad):  

Rugoleor:   Ratio de popularidad:  

Sinopsis:

Eloy, un joven de 19 años, pasa de la adolescencia a la vida adulta en poco tiempo tras la muerte de su padre. En el camino conoce a Elvira, que mediante el aprendizaje de ciertas prácticas sexuales le permitirá acceder a zonas desconocidas de su espíritu y de la realidad.

Buscando su inspiración en el milenario “El Tao del Amor y el Sexo”, el argentino Eliseo Subiela (“El lado oscuro del corazón”) narra el despertar sexual de un joven (Leandro Stivelman) que acaba de perder a su padre, funerario para mas inri. El despertar le llegará de la mano de Antonella Costa, con quien entabla una más que tórrida relación, pues esta se ha propuesto convertirle en un auténtico especialista en sexo tántrico. Para ello serán necesarias unas cuantas sesiones.

Crítica:

18.07.2009 – JOSU EGUREN

Naturaleza muerta

Para adentrase en esta irregular película argentina tenemos que caminar sin miedo, asiéndonos al brazo de un joven sonámbulo que pasea por las azoteas próximas a un cementerio, al tiempo que evitamos preguntas incómodas que pueden interrumpir la poesía asonante de Subiela. Y es que el cine de este veterano director argentino, tan personal y deliberadamente místico como en los 80, sólo es apto para aquellos espectadores que estén dispuestos a profesarle una adhesión inquebrantable, porque la más mínima duda basta para que nos alejemos de sus películas y pasemos a contemplarlas como la sublimación tántrica de un gran bostezo.

Es difícil comulgar con Subiela, un adorador de imágenes surrealistas, voz en 'off' y metáforas grandilocuentes, siempre dispuesto a colarnos sentencias lapidarias, generalmente paridas en labios ajenos, porque su cine se compone de secuencias-estrofas que en muchas ocasiones riman, aunque raramente llegan a componer grandes poemas. Es más fácil sentir atracción por los temas que polarizan su cine, Amor, Sexo y Muerte, especialmente si comulgamos con la idea de que se impone un necesario reequilibrio de fuerzas entre el Sexo y la Muerte.

“No mires para abajo” trata de restablecer ese equilibrio, y lo hace dedicándole al sexo todo el metraje, aunque pocas veces volverá a verse en pantalla una colección de imágenes explícitas tan poco erotizantes. Subiela aboga por el sexo tántrico y coloca a su protagonista en todas las posiciones del Kamasutra, emparejándolo con una sanadora espiritual. Curiosamente, los viajes iniciáticos del protagonista se interrumpen en el momento del orgasmo, dando lugar a una paradoja que nunca se resuelve. Si el semen es un líquido portador de vida, ¿por qué rompe la unión de los amantes? ¿por qué nunca se muestra? Pudor, calculado misticismo o celo por preservar intacta la piel de sus amantes, lo cierto es que el filme no le toma el pulso a la vida, e invoca el gélido recuerdo de las naturalezas muertas.


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