Revista Deportes
La mejor manera de empezar un artículo sobre rugby es no hablar de fútbol americano, pero lo haré, "los políticos no son amigos de los buenos principios", así que empezaré mal.
Hace unos días leí TRIBUNA LIBRE: League of denial: negación, hipocresía y codicia en la NFL y unos días después Canal+ (semana 7) y ¿quién no sabía que practicar football es peligroso? En esos artículos nos cuentan que la NFL (Liga Nacional de Fútbol Americano) sabe desde hace años los riesgos que corren los jugadores de fútbol americano, los casos de demencia prematura y muerte en ex-jugadores jóvenes, relacionados con la práctica de este deporte, basado en este reportaje, League of Denial: The NFL's Concussion Crisis (os recomiendo ver el vídeo, aunque no seáis aficionados al football, escalofriante).
Entre los aficionados hay dos posturas: los que hablan de que los jugadores saben a lo que vas, que no te enteras de nada si crees que jugando al football recibirás golpes en la cabeza, que lo hacen por dinero, que no les importa el futuro, que lo importante son los millones, el espectáculo, el dinero, que al público no le importa esto, que paga por ver un espectáculo y si no quieres participar quédate en casa, son los nuevos gladiadores, así que ha jugar y callar. En el otro lado están los que hablan de que la NFL conocía el riesgo, que no avisa a sus jugadores del posible futuro que les espera, que deberían buscarse soluciones a los problemas, sancionar los golpes y placajes más peligrosos, con reglas como la que se aplica sobre los quarterbacks, 15 yardas de penalización si le das un golpe sin balón, ya casi no son golpeados después de las jugadas. Evitar la violencia innecesaria. Un debate eterno.
¿A qué viene todo este rollo de Fútbol Americano? Al artículo que leí ayer en la BBC News, Call for rugby concussion awareness lessons at grassroots. La federación galesa de rugby está preocupada por las contusiones cerebrales que se producen durante los partidos. Fuerza es igual a masa por aceleración, en el deporte amateur los newtons de fuerza están muy lejos de los profesionales, donde la masa cada vez es mayor y mayor la velocidad, en el deporte amateur la masa normalmente es inversa a la velocidad, pero un golpe en una zona peligrosa puede hacer mucho daño, aunque no sea tan potente. ¿Qué se ha encontrado? Algunos jugadores de rugby retirados han empezado a perder memoria, sufren con más frecuencia depresiones y demencia temprana. El Dr. Gareth Jones de los Cardiff Blues lo define en una frase: "Este era llamado un deporte de contacto, ahora es un deporte de colisión." Los jugadores son más fuertes y rápidos, inevitablemente los golpes son más fuertes, lógicamente eso hace aumentar las lesiones a todos los niveles. Recomiendan cursos a los jóvenes para sensibilizar sobre el problema, hacer que un jugador explique sus síntomas (ahí se presenta otro problema, si te descubren una lesión te puedes perder tu contrato y quedarte en la calle, esta situación está muy bien explicada en "Un Domingo cualquiera", de Oliver Stone con Al Pacino). El escalofriante caso que nos cuenta el artículo es el de Ben Robinson, un chico de 14 años de Irlanda del Norte, que durante un partido sufrió diferentes contusiones en la cabeza pero el entrenador no lo sacó del campo, cayó desmayado y murió después en el hospital, lo que ocurrió hace dos años. Si lo hubieran cambiado antes podría estar vivo, eso nunca lo sabremos, pero lo irónico es que si sangras por la ceja te obligan a salir del campo y si te dejan KO puedes continuar jugando. Mr. Robinson: "He jugado durante años a rugby, no quiero cambiar el juego, sólo quiero que sea un juego más seguro." Creo que ahí está la clave, educar a los jugadores para que eviten cualquier tipo de contacto que pueda lesionar al rival, avisar si notan síntomas y alejar de los terrenos de juego a cualquiera que se meta en ellos para hacer daño y no para jugar. Educación, no necesitamos casco, necesitamos cabeza. En la tierra de los Lions ya han empezado con esta política, no sé lo que se está haciendo en nuestra Piel de Toro. No me gustaría que dentro de 15 años aparezca un reportaje donde se cuenta que la IRB sabía del riesgo del rugby y no avisó, eso sería un golpe muy duro para nuestro deporte, ahora estamos a tiempo de educar y poner límites a la violencia innecesaria.