Revista Opinión
No nos mintamos, la indiferencia sí ha matado
Publicado el 10 junio 2017 por James Nightingale @atracoalpuebloNo nos mintamos, la indiferencia sí ha matado...
Poema del Pastor Martin Niemöller, defensor de los DDHH e importante crítico del régimen nazi..:
“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío, Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”
Esta cita la compartí vía Facebook hace unos días y es el crudo reflejo de lo que ha pasado, pasa y seguirá pasando en la historia de la humanidad. Es un tema que he visto mucho en las redes, en discusiones de trabajo, en grupos de whatsapp, en las calles, en fin... Tras dos meses de protestas, para muchas personas la palabra indiferencia resulta incómoda, ya sea porque la practica o porque ve como otro la padece.
Googleando un poco acerca de la indiferencia, me encuentro una definición bien extendida de esta: "Es el estado de ánimo en que una persona no siente inclinación ni rechazo hacia otro sujeto, un objeto o un asunto determinado. Puede tratarse de un sentimiento o una postura hacia alguien o algo que se caracteriza por resultar positivo ni negativo". También apunta que: "Respecto a ciertos asuntos, la indiferencia es vista como un problema psicológico o social. Hay casos en que la persona indiferente puede ser acusada de insensible o fría, como si tuviera las emociones o los sentimientos anestesiados".
Lo que mas me llamó la atención fue el siguiente extracto: "Multitud de personas muy sensibles y frágiles optan por hacer uso de la indiferencia como escudo para protegerse y evitar ser heridas"...
Vamos a dejar unos puntos claros: Usted y yo en algún momento del día practicamos la indiferencia... A mi por ejemplo me da igual si la camisa que me voy a poner es azul o verde (aunque creo que para las mujeres esto es tema de vida o muerte) no me da frío ni calor desayunar a las 9 o a las 10 de la mañana y me da igual escribir con un bolígrafo azul o negro. Socialmente, esta dejadez entre dos posiciones es insignificante, no supone un hecho reprochable ni le quita el sueño a sus vecinos.
Ahora bien, imaginemos que una persona convulsiona en medio de la acera de una avenida muy transitada, seguir de largo como si no ha pasado nada no es una opción. A lo mínimo usted se saca su teléfono y pide ayuda, intenta hacer algo para ayudar, una vida está en peligro! Las personas que siguieron su camino dejando al pobre hombre (o mujer) en el piso convulsionando son etiquetados de indiferentes, totalmente indolentes ante una situación de vida o muerte.
Intentemos llevar el ejercicio mas allá. Retrocedamos a la época de la masacre humana de Hitler. Los servicios de inteligencia de varios países daban cuenta de las atrocidades que cometían los alemanes en los campos de exterminio, los países aliados registraban que algo estaba pasando, y por si fuera poco, una sociedad tan culta como la alemana también sabia que algo no andaba bien. ¿Pero qué hicieron? NADA.
Muchos años después, la experiencia alemana en nada se compara con lo que vivimos en estos momentos en Venezuela por supuesto. Los niveles de violencia y crueldad no son iguales y yo espero que permanezca así, aunque el gobierno es excelente en sorprendernos, miren hoy las tanquetas de lujo que se han comprado pero no es menos cierto que lo que aquí esta pasando ha debido unirnos a todos en una sola dirección de lucha, tratar de salvar la democracia. Pero extrañamente no es eso lo que nos ha pasado!
Este es el país en el que por una calle reprimen a miles de personas y por la otra los estacionamientos de los gimnasios están repletos. En una calle matan a un niño de 17 años, pero en la esquina de la licorería de mas allá la "rumba esta buena". En una cárcel pagan condena personas inocentes, pero en la carretera va un carro "De Cumaná pa Gran Sabana..."
Yo no estoy obligando a nadie a salir a la calle a una marcha y tumbar el gobierno, hay muchas formas de protestar la inconformidad con lo que estamos viviendo. Hay cantidad de gente llena de talento, capacidades, habilidades y energía para llevar la protesta a nuevos niveles, a nuevos espacios, de una manera creativa y organizada, pero es que la indiferencia ha dejado a mas de uno paralizado.
Hagámonos un favor, ya no nos mintamos, la indiferencia sí ha matado. Y matará en la medida en que los indiferentes no tomen conciencia. No esperes a que te toque una dosis de patria para hacer algo.
“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío, Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar” Pastor Martin Niemöller...
Endrich Guzman @endrichguzman
https://miyoopinador.wordpress.com/
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