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No oigo a los niños jugar - Mónica Rouanet

Publicado el 27 mayo 2021 por Entremislibrosyo
No oigo a los niños jugar - Mónica Rouanet
 

Justamente hace dos años que os hablaba de Despiértame cuando acabe septiembre, novela con la que conocí las letras de Mónica Rouanet y en la que descubrí, sobre todo, una autora con una prosa tan sencilla como cuidada que, además, albergaba unas cuantas reflexiones en la voz de su protagonista que me resultaron muy interesantes, ya sabéis que a mí esos tintes intimistas suelen gustarme mucho así que cuando por sorpresa su última novela llegó a mis manos no me lo pensé dos veces y me puse con ella. Hoy os hablo de No oigo a los niños jugar.

Mi opinión

Alma es una joven de 17 años que sufre estrés postraumático tras un grave accidente de coche, motivo por el cual ingresa en una clínica psiquiátrica para jóvenes que se ubica en un antiguo edificio rehabilitado, cuyo anterior uso era el de residencia para niños sordos, del que los pisos superiores están cerrados y el acceso tapiado. Desde su llegada Alma se relacionará, poco a poco, con sus nuevos compañeros, cada uno con su problema, y con dos niños pequeños a los que solo ella parece ver.

Dos dimensiones espaciotemporales distintas se unen en No oigo a los niños jugar a través de Alma y dos serán los narradores que se irán alternando. Por un lado, la voz en primera persona de Alma que nos cuenta no solo lo que ve y vive en su internamiento junto a sus compañeros, sino que se adentra en sus pensamientos y miedos más íntimos. Y, por otro lado, la voz de uno de los niños que solo Alma puede ver, una voz que se dirige siempre al otro niño que lo acompaña y nos narrará no solo el presente, sino que echará la vista atrás para contarnos también lo que aconteció entre aquellos muros antes de que el edificio se reconvirtiera en la clínica psiquiátrica que ahora es.

Mónica Rouanet, con una prosa cuidada, un estilo envolvente y una ambientación que te traslada inmediatamente a los escenarios, dota a No oigo a los niños jugar de una clara vocación de denuncia social adentrándose en la mente enferma de jóvenes con todo tipo de adicciones, obsesiones y dependencias y dando voz a niños aquejados por una discapacidad que a menudo avergüenza a unos padres que prefieren mantenerlos alejados para esconder así la diferencia que los marca. A pesar de ello a mí me ha costado sentir a estos personajes cercanos y llegar a empatizar con ellos. El hecho de que prácticamente el supuesto misterio que envuelve al edificio no sea tal, en las primeras páginas ya tenemos claro qué ha sucedido, aunque los detalles se nos escapen, no ha sido realmente para mí un problema, son muchas las novelas en las que desde el principio sabemos qué ha ocurrido y aún así mantienen la tensión narrativa. Mi verdadero problema, y este es muy personal y muchos de vosotros, habituales de este espacio, lo conocéis, es mi gran dificultad para congeniar con los narradores infantiles y juveniles y en esta novela ambos lo son y por más que me he esforzado no he conseguido sentirlos personas reales, con problemas reales, todos ellos me han resultado ajenos, especialmente el narrador infantil porque con Alma, poco a poco, fui sintiéndola un poco más.

Vuelvo a reafirmarme en que me gusta cómo escribe Mónica Rouanet, su estilo es muy evocador, tiene a menudo unos toques intimistas que son muy de mi agrado y su prosa es sencillamente impecable así que no dudo que volveré a leer a la autora, aunque con esta historia a mí no haya terminado de convencerme. Como siempre os digo cuando una lectura no ha resultado como esperaba esta no deja de ser una opinión muy personal y tenéis muchas otras que opinan justo lo contrario que yo así que si teníais en mente acercaros a ella no lo dudéis y contadme qué os ha parecido a vosotros.

Ficha técnica


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