Como siempre Wilfredo Pareto, con mayor o menor exactitud tenía razón. Bien sea la regla del 80-20 (en este caso 80-35, tanto da para nuestro artículo) o el de la Distribución A-B-C, o cualquier otra que encuentren. La mayoría de nuestros esfuerzos en cualquier proceso se los lleva una parte pequeña y acotada del mismo. Parte que podemos identificar y aislar.
El tiempo suele ser escaso en estos días inciertos cuando se trata de gestionar una pequeña empresa. Los recursos son tremendamente limitados. La competencia, por el contrario, elevadísima. En mi último artículo, destaqué la poca ayuda que recibimos del Estado español. Debemos acertar rápido. Debemos aquilatar costes y ser eficientes. Pareto siempre será una ayuda.
Si la remodelación de esas máquinas que consumen la mayor parte de nuestra energía o el cambio de proceso para su eliminación nos reducen su coste monetario de la energía en, pongamos un 15%, nuestros ahorros en el precio de la factura serían del 12%.
Si por el contrario cambiamos la iluminación de nuestra fábrica, que supone el otro 20%, a alumbrado de LEDs, consiguiendo un ahorro del 50%, nos quedamos en el 10%.
Es evidente que este ejemplo es una simplificación muy inexacta pero entiendo que es ilustrativo, y que nuestra empresa, por pequeña que sea, será mucho más compleja de lo que aquí hemos planteado. No obstante estamos poniendo de manifiesto algo que a veces se nos pasa por alto. Conseguir pequeños ahorros no suele ser complicado. De hecho conseguir pequeños ahorros será casi siempre más sencillo que ahorrar un 50% de cualquier partida. Y pequeños ahorros sobre un porcentaje alto de nuestro gasto, pueden significar mucho dinero al final de mes.
Por otro lado hay que tener en cuenta la amortización de nuestras inversiones e introducir la variable correctamente cuando estudiemos la viabilidad de nuestros proyectos de ahorro. Aquí también es probable que un pequeñas variaciones estén más cerca de la viabilidad.
Desde el punto de vista de quien suscribe, máxime hoy en día, en un escenario donde el tiempo es una variable que se acorta y se producen cambios con una volatilidad pasmosa, es necesario atacar los problemas por orden de importancia. Priorizar. Lo que nos lleva a que en el orden de estudio de sus gastos energéticos la primera debe ser la máquina de más potencia o la que funciona mayor número de horas, quizá sean la misma, más fácil será el análisis. Usted lo sabe mejor que yo. Quizá su PYME no sea intensiva en energía y no gaste más que aire acondicionado. Esa es su máquina más importante.
Si el gasto mayor es en personal, ahí es donde debiera meter mano, y si es en teléfono, quizá debió comprar acciones de Facebook, si me permite la broma.
Concluyendo, vaya a morder donde tenga más jugo. Seguro que es más sencillo ahorrar un poco, que se le convertirá en mucho.