No olvides lo principal

El jueves después de impartir un taller en Castelldefels (Barcelona) tuve el gustazo de comer delante del mar con Gonzalo, que además después me llevó en su coche al aeropuerto de El Prat para tomar un avión rumbo a Bilbao. Hablamos de muchas cosas, y entre otras, de la necesidad de conciliar la vida personal y la profesional, y de las dificultades que podemos encontrar para conseguirlo.
Cuenta una leyenda que una mujer pasó con su hijo en brazos delante de una cueva cuando escuchó una voz misteriosa desde dentro que le decía: "Entra y coge todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Tendrás un minuto, y tras ese tiempo, la caverna se cerrará para siempre. Aprovecha por tanto tu oportunidad, y te repito: no olvides lo principal".
La mujer entró en la cueva y cuando los ojos se acostumbraron a la oscuridad vio que estaba llena de monedas de oro y joyas, que sin duda sacarían de la pobreza a su familia. Así que dejó al niño sentado en el suelo y empezó a llenar ansiosamente sus bolsillos y sus ropas con el tesoro, hasta que la voz le avisó que el tiempo se acababa. Entonces la mujer cargada de oro y piedras preciosas corrió hacia fuera y la puerta se cerró. En ese momento cayó en la cuenta que el niño se había quedado dentro. La riqueza duró poco, pero la tristeza se quedó para siempre en su alma.
Parece bastante claro que la conciliación es un valor en sí misma, o que así debería serlo con independencia de su rentabilidad económica para las empresas. Pero con frecuencia, pese a que una voz interior se encarga de avisarnos, hay otras cosas que nos distraen lo suficiente como para olvidar lo que de verdad da sentido a nuestra vida, y que perderlo es una verdadera tragedia.
Encontrarse un día que hemos dilapidado tontamente el cariño de nuestra pareja o la confianza de nuestros hijos, son cosas tristes que deberíamos detectar antes de que nos envuelvan y sean irreversibles. Esos pequeños detalles que tenemos que tener a diario con los nuestros muchas veces se nos presentarán en nuestras ajetreadas agendas como asuntos ridículos e insulsos; pero dedicarles la energía y el tiempo necesarios supone la mejor inversión de toda una vida, un esfuerzo que nos transformará y nos hará más grandes. Y si nos equivocamos, deberemos asumir los errores, rectificar en lo posible, aprender algo y no echar las culpas a los demás.
¿Por qué no te propones esta semana dos pequeños detalles para hacer la vida de tu pareja y de tus hijos un poco más feliz?. P. ej: Llama a tu pareja al móvil sin ningún motivo, simplemente para recordarle que le quieres; y piensa algo creativo para hacer cuando les das las buenas noches a tus hijos en su cama.