Portada de 'No pasa nada. Y si pasa, se le saluda'
Carla es una periodista de raza, siente pasión por su profesión y por los medios, a pesar de que haya quedado para grabar cuñas publicitarias en una emisora radiofónica. Esta historia comienza el día en que se tiene que operar de unos pólipos que tiene en la garganta. Se juega su futuro laboral y siente un miedo atroz a lo que le pueda pasar (como quedarse sin voz) y perder su trabajo que, aunque no es lo que siempre ha soñado, es lo que paga las facturas. Tendrá que guardar seis semanas de baja y de reposo casi absoluto, no podrá soltar ni una palabra (con lo charlatana que es) y su medio de comunicación será una pizarra y el WhatsApp. A lo largo de las seis semanas conoceremos a los amigos y a la madre de Carla, y también sabremos todo lo que se le pasa por la cabeza, su pasado, su presente y su temor por el futuro. El tiempo que pasa en reposo servirá para que ella misma reflexione y piense en lo que de verdad quiere y siente, como seguramente nos pasa o ha pasado a muchos de nosotros en algún momento.
Como he dicho antes el resultado ha sido realmente genial. Ha sido una lectura amena (la leí en dos días) y también conmovedora, me he sentido muy identificada con la protagonista tanto en el ámbito profesional (hay frases y situaciones para enmarcar) como en el personal. Es una mujer que sufre por las cosas que pueden salir mal (aunque no haya indicios suficientes para ello) antes de disfrutar plenamente de todo lo bueno que tiene. Lo cierto es que muchas veces los malos recuerdos son los que marcan y Carla tiene peso de más en su mochila, peso que tendrá que soltar para intentar ser un poco más feliz.
Si hay algo que me ha gustado de esta novela es la sinceridad y el buen rollo con el que está escrita. No había leído la anterior novela de Raquel Martos ('Los besos no se gastan') así que no sabía muy bien a que tipo de libro me enfrentaba. La naturalidad y la chispa en los diálogos han sido fundamentales para devorar el libro y disfrutar de unos personajes y situaciones tan reales como la vida misma, tan reconocidos por mí que a veces pensaba que la autora se había metido en mi mente y en mi día a día para plasmar algunos retales de mi propia vida, como cuando Carla piensa en lo que disfrutaba viendo el fútbol con su padre y hermano.
'No pasa nada. Y si pasa se le saluda' es una novela para disfrutar de principio a fin, para leer con atención y pensar en positivo, porque a pesar de las cosas malas que nos pasan cada día, a pesar de la crisis, de lo mal que está el mercado laboral, la corrupción y todas esas malas noticias que llenan los telediarios y las páginas de la prensa, siempre habrá un motivo para levantar la cabeza y sonreír, para pensar que un día cambiarán las cosas y tendremos nuestra oportunidad, nuestro momento para elegir realmente lo que queremos hacer.
Realmente creo que es un libro que merece la pena leer porque, cuando se llega al final, pensamos eso de "no pasa nada... Y si pasa, se le saluda".